Las vacunas y medicamentos, en el congreso de Balaguer

La regulación de la medicina natural, la “relación” de las vacunas con el aumento del diagnostico de enfermedades, el “peligro” de beber dos o tres litros de agua al día o los efectos adversos de los medicamentos. Estos son algunos de los temas que centraron ayer el primer Congreso de la Salud Censurada, que desde el viernes y hasta hoy promueve en Balaguer la libre elección de terapias de la mano de ponentes como el horticultor leridano Josep Pàmies, la doctora y monja Teresa Forcades, el televisivo Txumari Alfaro o el naturópata Javier Herráez, que ayer aseguró que la quimioterapia no aumenta el índice de supervivencia, como tampoco lo hacen las mamografías. “Es una lástima que tengamos que hacer estos congresos de salud censurada”, explicó al inicio de la jornada Pàmies, mientras hizo hincapié en la necesidad de dar voz a las personas “perseguidas” en todo el Estado por “querer aportar soluciones a lo que a día de hoy la medicina clásica aún no puede dar”. La autorización de la celebración del congreso en el monasterio de Santa Maria de les Franqueses, de titularidad municipal, “es un primer paso para normalizar la divulgación de la medicina natural”, dijo Pàmies, que confía que el segundo congreso, previsto para la próxima primavera, se pueda llevar a cabo en el Teatre Municipal de Balaguer. “Hay estudios que demuestran que los fármacos que recetan los médicos pueden llegar a matar si se abusa de ellos”, aseguró. La pediatra Isabel Bellostas, inhabilitada por vincular las vacunas con el autismo, centró su ponencia en la “existencia de ADN fetal en vacunas” y su relación con algunas enfermedades. Aunque Salud no prohibió la celebración del ciclo basándose en la libertad de expresión, el Colegio de Médicos de Lleida lo denunció ante la Fiscalía, que “promueve terapias sin evidencia científica para curar enfermedades”. La Generalitat abrió en los últimos meses 3 expedientes sancionadores contra Pàmies y Dolça Revolució.