Un niño de 10 años que lucha contra un càncer: “Tuve que madurar a los ocho años”
Marc Taurel inauguró el curso de la facultad de Enfermería de la UdL
Ningún prestigioso profesional sanitario fue ayer el encargado de abrir el curso académico de la facultad de Enfermería y Fisioterapia de la Universitat de Lleida. Lo hizo Marc Taurel, un niño de diez años que desde los ocho lucha contra un osteosarcoma y que se ganó al público con un discurso de lo más motivador. El cáncer “me ha hecho madurar de golpe”, explica. “Me dicen que parece que tengo 23 años porque ahora afronto los problemas con más tranquilidad y sé valorar las pequeñas cosas”. Y cuando va al colegio, “me doy cuenta de que los niños de mi edad lloran por tonterías y lo que a mí realmente me afecta es perder a un amigo por culpa del cáncer o que me den malas noticias del progreso de mi enfermedad”.
Tras pasar dos años ingresado en el hospital Sant Joan de Déu en los que tuvo que ser operado del fémur y del peroné, recomienda a los futuros enfermeros “que sean divertidos” y que intenten que los pequeños pacientes se lo pasen bien “porque a ningún niño salud educación le gusta un médico serio”. Y es que el vínculo que se crea entre el personal sanitario y los niños es “especial” y “cuando coges confianza y hay buen rollo es como si la enfermera fuera tu colega”. A pesar de que “el momento más duro que vivimos en el área de oncología es cuando un niño no aguanta la quimioterapia”, Marc explica que en la planta de pediatría “somos como una gran familia y también hay momentos buenos, como cuando nos ponemos buenos y montamos una gran fiesta”.
La fiesta de Marc llegó cuando finalizaron las sesiones de quimioterapia y “por primera vez pude comer sushi”, dice entre risas.
Estrellas de origami para la investigación del cáncer infantil
El hermano de Marc Taurel ha impulsado un proyecto solidario que se centra en la venta de estrellas de papel ecológico elaboradas con la técnica origami. La recaudación de las Shurikan blau se destina a la investigación del cáncer infantil y juvenil en el hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. “Cada estrella es única, pues pertenece a alguien que ha contribuido a la lucha contra esta enfermedad”, explican. Aunque los avances médicos en esta materia han conseguido que la mortalidad se reduzca a un 45 por ciento en los últimos años, aún es necesario investigar una afección que cada año afecta a 1.000 nuevos niños en España. La búsqueda de nuevos métodos de diagnóstico del cáncer y de nuevos tratamientos son las únicas vías para mejorar la supervivencia de los enfermos, según destacan los expertos.