INICIATIVAS SALUD
El Arnau de Vilanova atiende cada año 600 casos de ictus
El hospital Arnau de Vilanova de Lleida atiende cada año alrededor de 600 personas que han padecido un ictus. En Catalunya se producen alrededor de 13.000 casos al año y según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es la primera causa de muerte entre las mujeres y la tercera en hombres en todo el mundo. Este es uno de los datos que el centro sanitario dio a conocer durante la jornada de celebración del Día Internacional del Ictus que se conmemoró ayer. En este sentido, profesionales del servicio de Neurología del hospital informaron sobre la causas, efectos y tratamientos de la enfermedad e hicieron numerosos controles de sus factores de riesgo (tensión arterial, glucemias, arritmias…) a decenas de personas. Además, todo aquel que quisiera también podía hacerse una ecografía en las arterias. “Lo más aconsejable es seguir una dieta sana desde una edad temprana, evitar el sedentarismo y cuidarse en todos los sentidos”, explicó durante la jornada el neurólogo del hospital Mikel Vicente. Paralelamente, la Associació de Malalts i Familiars d’Ictus de Lleida (Amill), que este año cumple una década, también instaló durante toda la mañana una mesa informativa en el vestíbulo del Arnau para dar a conocer su trabajo entre la ciudadanía.
En esta línea, desde hace prácticamente un año, el hospital cuenta con una clínica especializada en accidentes isquémicos transitorios. Su objetivo es hacer un diagnóstico y un seguimiento precoz de este tipo de ictus más leves, para que no se repitan y aportar un tratamiento que solucione sus dolencias. Además, la clínica ha incorporado material para poder hacer trombectomías mecánicas, un tratamiento para extraer los coágulos de las arterias.
Vivir en una zona ruidosa aumenta el riesgo de sufrir un ictus más grave, según constata un estudio del Hospital del Mar, el ISGlobal y la Universidad de Brown, en EEUU, que revela que la exposición a altos niveles de ruido procedente del tráfico y otras fuentes puede incrementar hasta en un 30% el riesgo de sufrir un ictus isquémico. Por contra, vivir cerca de zonas verdes hace caer este riesgo hasta un 25%, según el informe. Los investigadores analizaron la influencia de los niveles de ruido, la contaminación atmosférica y la exposición a zonas verdes en cerca de 3.000 pacientes.