Una cicatriz que permanece viva

Más de un centenar de personas participaron ayer en una ruta guiada organizada por el Ateneu Cooperatiu La Baula para rememorar los bombardeos fascistas que arrasaron la ciudad de Lleida durante la Guerra Civil. Un acto que se enmarcó en el homenaje que se brindó a las víctimas del Liceu Escolar cuando se cumplen 82 años de la tragedia (ver desglose). De la mano del historiador Marc Macià, recorrieron varios puntos del Eix Comercial, escenario de la barbarie entre noviembre de 1937 y abril de 1938 con centenares de muertos. Macià inició su explicación en la avenida Blondel, donde se erigía el Liceu Escolar, destruido por la aviación fascista italiana el 2 de noviembre de 1937. “Fue el primer gran bombardeo en Lleida ciudad durante la guerra. Hasta nueve aviones italianos cruzaron Blondel y descargaron 350 bombas hasta que llegaron a las compuertas del río Segre. Allí, dieron la vuelta, y, a ras de suelo, ametrallaron a todo civil que encontraron a su paso”, relató el historiador. Ese 2 de noviembre, murieron más de 250 personas, medio centenar de ellas alumnos del Liceu Escolar, así como mujeres y niños que hacían cola para entrar en el mercado de Sant Lluís. Los visitantes pudieron visionar imágenes del fotoperiodista Agustí Centelles, que retrató el horror, con fotografías icónicas como la mater dolorosa, la imagen de Maria Riu Esqué llorando ante el cadáver de su marido, Gabriel Pernau Sans, que falleció al caer una de las bombas en la Farmacia Pons de la calle Major, donde trabajaba. Pero los bombardeos fascistas se sucedieron hasta la entrada de las tropas franquistas en Lleida en abril de 1939 y Macià recordó que el del 27 de marzo de 1938, aún muy desconocido, segó la vida de 400 personas. “Las bombas destruyeron 110 edificios del Barri Antic y castigaron de tal manera a la ciudad que dejaron una cicatriz que aún hoy permanece muy viva”, destacó.

Homenaje a las víctimas del Liceu Escolar 82 años después del bombardeoDecenas de personas se congregaron ayer ante la escultura Memòria, Dignitat i Vida, en la avenida Blondel, para rendir homenaje a las víctimas del bombardeo fascista que destruyó el Liceu Escolar y mató a medio centenar de alumnos y algunos profesores. Anahí Quiroz, de La Baula de Lleida, que organizó el acto, fue la encargada de leer el manifiesto en el que exaltó la voluntad de la población por luchar por su libertad pese a la represión. “La gente sigue plantando cara a un sistema fascista y corrupto y no daremos ni un paso atrás”, señaló, recordando a su vez a los líderes independentistas en prisión y los jóvenes encarcelados en las protestas tras la sentencia.