SEGRE

BALANCE IGUALDAD

Nueve leridanos han cambiado de sexo en el Registro Civil de Lleida en 2 años

Se doblan los casos y el colectivo trans denuncia el estigma de algunos requisitos

Nueve leridanos han cambiado de sexo en el Registro Civil de Lleida en 2 años

Nueve leridanos han cambiado de sexo en el Registro Civil de Lleida en 2 añosAMADO FORROLLA

Creado:

Actualizado:

A pesar de que los cambios de sexo en el Registro Civil de Lleida se han doblado en los últimos seis años, pasando de dos en 2013 a cuatro este año, este proceso burocrático sigue siendo una ardua batalla para los trans. La asociación Colors de Ponent denuncia el estigma que suponen algunos requisitos, como el diagnóstico de disforia de género.

A pesar de que los cambios de sexo en el Registro Civil de Lleida se han doblado en los últimos seis años, pasando de dos en 2013 a cuatro este año, este proceso burocrático sigue siendo una ardua batalla para el colectivo trans. Según los últimos datos facilitados a este diario por el ministerio de Justicia, nueve leridanos han efectuado desde el 2018 lo que se conoce como una ratificación registral del sexo, un trámite que posibilita el cambio de la inscripción relativa al sexo de una persona, cuando el que consta no se corresponde con su identidad de género. Siete de estos casos, eran mujeres de origen que pidieron constar como hombres en la partida de nacimiento y dos fueron a la inversa. Tener reconocida disforia de género −un sentimiento− y haber estado bajo tratamiento hormonal durante al menos dos años son algunos de los requisitos que establece la ley para cambiar el nombre y el sexo de la inscripción en el Registro Civil y, como consecuencia, toda la documentación oficial como el DNI. Según la asociación en defensa de los derechos del colectivo LGTBI Colors de Ponent, estas condiciones “estigmatizan” a las personas trans, pues consideran que deberían ser consideradas como tal sin un informe médico que hace referencia a un sentimiento que algunos profesionales consideran un trastorno psiquiátrico, algo que rechaza el colectivo y, desde 2018, la OMS. En cuanto al aumento de la demanda de estos trámites, explican que entre las personas que atienden en la asociación “hay más preocupación por todo el proceso de aceptación social y el tratamiento hormonal que no por estos procesos burocrácticos”.

Ser mayor de edad también era un requisito indispensable, aunque el pasado mes de julio el Tribunal Constitucional avaló que los menores “con suficiente madurez” y que se encuentren en “una situación estable de transexualidad” puedan solicitar este trámite. Asimismo, una nueva instrucción penitenciaria aprobada hace un mes permite que las personas transexuales que no han cambiado de sexo en el Registro Civil puedan solicitar el ingreso o el traslado a centros del género con el que se identifican.

«Es incómodo enseñar un DNI de alguien que ya no eres tú»

Rose Sans

Lleida / 20 años

“Desde pequeña sabía que algo no cuadraba, pero no fue hasta los dieciocho años cuando, al conocer a varios amigos trans, me di cuenta de que era una mujer, a pesar de que la sociedad siempre me había etiquetado como un chico”. Así recuerda Rose Sans, una joven de 20 años originaria de Tarragona y que desde hace unos meses estudia teatro en Lleida, el momento en el que tomó la decisión de empezar a vivir su vida como siempre había querido, siendo una mujer. Las reacciones entre sus allegados “fueron muy dispares, algunos amigos me dijeron que ya se lo esperaban y otros que me seguirían tratando como un chico, pero con mi familia tuve suerte. Como es normal, al principio mis padres se sorprendieron porque es una cuestión difícil de abordar, pero pronto lo aceptaron”. Tras dar el gran paso de “salir del armario”, Rose inició en octubre de 2017 el proceso de hormonación, que no necesariamente culmina con una intervención quirúrgica de reasignación de género. Los trámites para cambiar de sexo y nombre en la documentación los inició en el Registro Civil de Tarragona en agosto de año pasado y se prolongaron casi un año. “Es muy incómodo tener que enseñar un DNI que no se correspondía con quien eres, y en alguna ocasión incluso me preguntaron si lo había robado, porque evidente cambias y no me parecía a la foto”. Durante todo el proceso burocrático, “te piden cosas que son totalmente innecesarias, como un informe psicológico que avale que sientes disforia de género o testimonios que den fe que realmente eres una chica. Pero es un juez el que tiene la última palabra y si él considera que no es así, te tienes que aguantar y quedarte sin el cambio en el registro”, explica Rose, al mismo tiempo que apuntó que “la sociedad sigue teniendo muchos estereotipos en cuanto a la gente trans, que solo conciben como un hombre vestido de mujer, pero se ha de tener la mente más abierta"

tracking