L'Albi huele a perfume

Hace poco más de dos meses el peor temporal de los últimos 50 años arrasó gran parte del llano de Lleida. Una de las poblaciones más afectadas fue L’Albi, donde las fuertes lluvias –cayeron más de 250 litros por metro cuadrado– provocaron que el río se desbordase y anegara calles y viviendas. Uno de los edificios afectados fue el almacén de Ramon Ribé, un vecino de 53 años conocido en el pueblo por su gran afición: coleccionar botellas de colonia. La mala suerte quiso que durante la riada el agua se llevase todos los recipientes que tenía guardados en un almacén. Pero es en estos momentos, en los peores, cuando la sociedad suele sacar lo mejor de sí misma. Tan solo unos días después de la catástrofe, decenas de voluntarios comenzaron a recuperar, limpiar y entregar gran parte del pequeño gran tesoro a Ribé. “Llegué a tener más de 1.500 botellas colocadas en estanterías y se han recuperado alrededor de 800”, explicó Ribé quien agradeció la solidaridad de sus vecinos. Fue su madre la que hace casi 20 años le animó a empezar la colección. “Ella tenía 3 o 4 botellas de colonia muy bonitas y me dijo: ¿por qué no las coleccionas? Las guardé en una nevera rota y, cuando se llenó, empecé a ponerlas en estanterías y así hasta llenar el almacén”. Gran parte de la colección se formó gracias a las donaciones de sus vecinos y también a la aportación de otras personas de municipios cercanos, sabedoras de su hobby que le envían frascos de vez en cuando. “Y desde que salí en la tele (fue uno de los protagonistas del programa El Foraster de TV3 dedicado a L’Albi) todavía me regalan más”, aseguró Ramon. A pesar de que le gustan todos los recipientes, afirma que aún no tiene en su colección alguna de la marca Macassar Rochas y que la que más le gusta ponerse es la Varón Dandy. “Me encanta, huele muy bien”, explica.

“Ahora lo que me gustaría que me regalaran es un tocadiscos” Pero no solo de botellas de colonia se componía el gran tesoro que Ramon Ribé guardaba en su almacén y que el temporal de agua del pasado mes de octubre se llevó. En su haber también tenía centenares de cintas de vídeo VHS, cassetes, compact disc, dvd o un tocadiscos. Precisamente, este último aparato es una de las cosas que más echa de menos. “Me entristece que el agua se llevase mi tocadiscos porque me gustaba mucho sentarme aquí (en el almacén) y ponerme a escuchar música. Ahora ya no queda nada”, se lamentaba Ribé. Es por eso que hizo un “llamamiento” a los Reyes Magos para ver si se le traen otro tocadiscos.Actualmente el almacén solo cuenta con una estantería y unas cuantas cajas que almacenan las botellas de colonia que numerosas personas recogieron tras las lluvias. Pasadas las fiestas navideñas, tanto Ramon como su madre esperan que algunos voluntarios del pueblo les ayuden a colocar más estanterías y algún otro mueble más.