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RELIGIÓN INICIATIVAS

El obispado de Lleida ya tiene 27 laicos que 'ofician' misa

Prácticamente la mitad de estos animadores de comunidad son mujeres

La coordinadora del Departament de Pastoral Aplicada del Irel, Montse Sànchez.

La coordinadora del Departament de Pastoral Aplicada del Irel, Montse Sànchez.MAGDALENA ALTISENT

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La diócesis de Lleida cuenta actualmente con 27 animadores de comunidad, la mitad de los cuales son mujeres. Desde que en 2014 el anterior obispo de Lleida, Joan Piris, nombrara a los primeros cinco, tres promociones más han pasado por el Institut Superior de Ciències Religioses de Lleida (Irel), centro encargado de impartir los dos años de formación necesarios para convertirse en animador. Se trata de laicos que ejercerán como responsables de las parroquias, trabajando conjuntamente con el mosén, con el objetivo de poder contrarrestar los efectos del descenso de sacerdotes y la falta de vocaciones de los últimos años. Entre sus funciones está la coordinación de grupos de jóvenes o catequesis, coordinar la vida parroquial, organizar grupos de reflexión bíblica e incluso “oficiar” misas (celebrar la palabra), dar la comunión, hacer bautizos, funerales, entre otros cometidos. En definitiva, cualquier tarea propia de un cura excepto confesar, consagrar o administrar el sacramento de la unción de los enfermos. “Tienen que ser personas con una formación teológica anterior y cristianos implicados”, explicó a SEGRE, Montse Sànchez, coordinadora del Departament de Pastoral Aplicada del Irel y encargada del itinerario formativo de los futuros animadores. Con respecto al perfil de esta figura, Sànchez, detalló que son personas mayores de 40 años “que han decidido dar un paso más” y que “prácticamente la mitad son mujeres”. “Se trata de mantener viva la llama de las parroquias y de conseguir que la comunidad no se sienta abandonada en ningún momento”, añadió. Asimismo, Sànchez también explicó que la aceptación de los seglares, sobre todo de mujeres, se ha recibido con total normalidad. “Valoran nuestro trabajo muy positivamente y para ellos es como si la iglesia estuviese siempre abierta y tuvieran a alguien que les escuche y les acompañe todos los días”. De los 27 seglares con los que cuenta el obispado leridano, 20 están repartidos por distintas parroquias mientras que siete están todavía esperando destino.

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