Adiós al restaurante Bellera

El histórico restaurante Bellera, ubicado en el número 16 de la calle Vallcalent de Lleida, bajará la persiana por última vez el próximo 2 de febrero después de 57 años de actividad. Eduard Bellera, el último titular de este negocio familiar, no puede evitar emocionarse al recordar el momento en el que se hizo cargo del local hace casi quince años. “He crecido en este restaurante”, explica Eduard, de 58 años, y que ya desde los seis ayudaba a sus padres, Josep y María Dolores, limpiando vasos detrás de la barra.“Gracias a mis padres descubrí el amor por el sector de la restauración, pero a principios de los noventa decidí emprender una nueva etapa por mi cuenta”. Con la muerte de su hermano Òscar, “cogí las riendas del local, por una cuestión de tradición y de corazón. En aquel momento no quería que se perdiera la bodega-bar Bellera, pero desde el momento en que emprendí este reto tenía claro que llegaría el día en que tendría que cerrar y decirle adiós”, explica con pasión el responsable del negocio, que en sus cerca de sesenta años de historia ha recibido a grandes de la cocina como Juan María Arzak, con tres estrellas Michelín, y artistas de la talla de Peret, entre otras muchas personalidades. Ahora “ha llegado el momento de descansar”, apunta Eduard, que no descarta seguir trabajando en el sector de la restauración como empleado.

“No hay nada que me guste más que la hostelería y si volviera a nacer haría lo mismo, pero estar al frente de un restaurante desgasta mucho y va siendo hora de emprender un nuevo camino”. De todo este tiempo, “me llevo la satisfacción de haber hecho un buen trabajo, que en el caso del restaurante Bellera siempre ha sido tratar el producto con respeto y mimar al cliente con amor. Hemos tenido la virtud de saber servir y complacer”, destaca con orgullo Eduard Bellera.

Un clásico de la cocina de Ponent, con el marisco como plato estrella Hace ya casi sesenta años desde que Josep Bellera y su esposa María Dolores Guiu abrieron la bodega-bar Bellera, un negocio que con el paso de los años evolucionó a cafetería-bar hasta lo que es hoy en día, un restaurante especializado en marisco, pero también conocido por el cabrito y el cordero que cocinan en un horno tradicional de leña de Aranda del Duero. Familias enteras han mantenido la tradición de ir cada domingo a tomar el aperitivo a la casa Bellera, donde cada día preparan más de una veintena de tapas para elegir. Entre estas destacan los calamares a la romana y la ensaladilla rusa, una receta de la abuela del Eduard, el actual propietario, y que hace las delicias de los clientes, que también tienen la opción de encargar la comida para llevársela a casa. Más allá de la carta, uno de los atractivos del local es el gran mural de La llum del Mediterrani, que la artista Txus Montejano pintó después de la reforma llevada a cabo hace quince años y que distribuyó el establecimiento en tres espacios: la barra, la zona de tapas y el restaurante.