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AVIACIÓN INTERNACIONAL

Una leridana, primera comandante de la aviación saudí

Gisela Armengol Roselló, de 37 años, es la primera mujer comandante en pilotar en una compañía aérea de Arabia Saudí || Explica a SEGRE su experiencia y los recientes cambios en el país

La leridana Gisela Armengol Roselló, en la cabina de uno de los aviones de Vueling que ha pilotado.

La leridana Gisela Armengol Roselló, en la cabina de uno de los aviones de Vueling que ha pilotado.G.A.

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Trabajar en lo que te apasiona y sembrar cambios. Esto es lo que hace, y con suma experiencia, la leridana Gisela Armengol Roselló, que se ha convertido en la primera mujer con rango de comandante en pilotar en una compañía aérea de Arabia Saudí para rutas locales. Con solo 37 años, Armengol empezó a trabajar en Vueling con base en Barcelona en 2011 y desde hace algo más de cinco años ostenta el cargo de comandante, tras un curso “duro y estresante” gracias a su extenso currículum. Desde el pasado 9 de diciembre, trabaja en Arabia Saudí tras un acuerdo entre Vueling y la compañía local Flyadeal, y se encarga de las rutas locales a Riad, Dammam, Gassim y Tabuk. La decisión, voluntaria, no fue imprevista y Armengol investigó si por el hecho de ser mujer iba a toparse con obstáculos para ejercer su trabajo. “Tenía mis dudas, pero después de indagar y preguntar mucho descubrí que Flyadeal es una pionera en Arabia Saudí, ya que sus azafatas van con pantalón y sin velo en la cabeza”, explica a SEGRE. De hecho, añade que por respeto tanto a los comandantes como a los copilotos les llaman capitán y que “se sorprenden” cuando “les digo que yo lo soy de verdad”.

Armengol dice que en la actualidad hay menos de cinco mujeres volando para aerolíneas saudíes, pero que ninguna es comandante, y que la primera mujer piloto en el país de Asia Occidental fue en julio de 2019. “Espero que pronto una mujer saudí esté en mi posición. Por eso todo el personal de tierra local se sorprenden al verme. De hecho, muchos me felicitan, como los pasajeros, e incluso algunos, sobre todo las mujeres, piden hacerse selfies conmigo”, comenta. Esta experiencia laboral le ha permitido aunar sus dos pasiones: volar y conocer mundo. Además, está viviendo en primera persona los cambios en Arabia Saudí. “El país está abriendo sus puertas y cada vez salen leyes nuevas que permiten más libertades”, subraya. Unos cambios que también ha experimentado con el primer Dakar y la Supercopa española de fútbol, un “espejismo en este último caso porque el país ha vuelto a segregar a mujeres y hombres en los estadios de fútbol.

“Cada día somos más mujeres pilotos en Lleida”

Las mujeres son las principales “admiradoras” de la comandante, a la que piden fotografías.

“Yo lo que quería era volar”. Así responde Gisela Armengol a la pregunta de cuándo le surgió su vocación por la aeronáutica. “La curiosidad por este mundo la debía tener un poco en la sangre, ya que mi primo alguna vez comentaba que quería ser piloto y yo de pequeña le decía que sería su azafata”, explica. Con 18 años, en el año 2000, inició sus estudios de piloto en AeroMadrid y su primer trabajo fue como instructora del Reial Aeri Club de Lleida, del que forma parte de la Junta Directiva. “Nunca me sentí discriminada por ser mujer, aunque siempre había algún comentario por la espalda, lo único es que nosotras nos exigíamos más porque debíamos demostrar más lo que sabíamos hacer”, señala. En la aviación, las mujeres también se abren camino, aunque solo representan el 4% del total en España. “Cada día somos más mujeres pilotos en Lleida”, destaca Armengol.

“El personal de tierra de Riad bailaba al verme pilotar el avión” Armengol valora el proyecto en pro de la igualdad de la compañía saudí Flyadeal donde, dice, la animaron a hacerse respetar. “Fue divertido ver al personal de tierra de Riad bailando porque pilotaba yo el avión. La verdad es que no me esperaba este buen recibimiento”, dice. Tras un mes y medio en Arabia Saudí, destaca la buena experiencia. “La gente es muy amable y hospitalaria. Viven más de noche y no se puede pasear porque las aceras no están preparadas, por lo que prácticamente viven en el coche”, explica. La leridana también alaba el paisaje. “Me ha sorprendido porque no es todo desierto, hay muchas montañas y el terreno parece un vergel secado”, comenta. En breve volverá a Barcelona, pero no descarta repetir experiencia en otro destino para seguir conociendo mundo.

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