Salud cambia los protocolos del parto

Respetar las decisiones de la mujer antes de dar a luz. Detectar depresiones posparto, malos tratos en el entorno familiar y facilitar la atención domiciliaria. Estos son algunos de los puntos del nuevo protocolo de atención y acompañamiento al nacimiento en Catalunya que ha impulsado la Generalitat. La consellera de Salud, Alba Vergés, presentó ayer en el edificio de la Maternidad del Hospital Clínic de Barcelona un protocolo que quiere garantizar “la atención respetuosa” y organizar la atención sanitaria para preservar la dignidad, la privacidad y la confidencialidad de las mujeres embarazadas y los bebés. En este sentido subrayó la importancia de “evitar situaciones de riesgo” que están reflejadas en el nuevo protocolo, como valorar el estado emocional de la madre y su pareja en la sexta semana posterior el parto, a través del test de Edinburgh para detectar la depresión posparto de forma precoz. El nuevo documento también incorpora la protección de las madres víctimas de violencia machista a través de un cuestionario para detectar estas situaciones de forma rápida y dar a las mujeres el apoyo adecuado, así como la prevención del síndrome del bebé sacudido, con herramientas y formación para gestionar la frustración. Otro elemento que incorpora es la posibilidad de hacer la primera visita posparto desde casa con una comadrona para hacer un mejor seguimiento de la lactancia materna, el estado de salud mental de la madre y evitar reingresos hospitalarios, una innovación que Vergés reconoció que incrementará la comodidad de las madres que lo deseen. Asimismo, la nueva normativa también describe que se debe respetar la voluntad de la mujer recogida en el plan de nacimiento, en el que ha expresado previamente por escrito sus intenciones, deseos y expectativas sobre la atención que quiere recibir en el momento del parto, así como prevé la solicitud de consentimiento informado por escrito de la embarazada antes de cada prueba o procedimiento. En los últimos diez años la natalidad en Catalunya ha descendido un 28,5%, una cifra “preocupa” a la Generalitat. En la provincia de Lleida en el año 2018, último del que se tienen datos nacieron un total de 3.497 bebés, 238 alumbramientos menos que en 2017según el Idescat.