La Bruta celebra 25 años en Torà

Torà dio ayer el pistoletazo de salida a la celebración de los carnavales con la tradicional fiesta de la Llordera protagonizada por los personajes del Bonic, la Bonica, el Brut i la Bruta. Está última celebró ayer un emotivo 25 aniversario.

El pregón estuvo dedicado al juicio del procés en clave satírica con la benemérita acompañada de magistrados que hicieron las delicias del público. En total media docena de actores locales que dedicaron en la plaza del Pati una parte de la obra a procesar al alcalde Magí Coscollola en la entrada de su nuevo mandato, y también, al coronavirus ligándolo con una plantación de droga de unos asiáticos incautada el pasado.

Los 8 gigantes de manos libres están hechos a imagen de vecinos entrañables de Torà

Antes de iniciar el pregón la actual Bruta, Carme Santamaria, recordó de forma emotiva el cuarto de siglo que cumple el gigante de manos libres de la Bruta, hecha a imagen de Maria Sala, quien los primeros años de la recuperación del carnaval encarnaba el papel de la Bruta en la danza de la fiesta. Santamaria reivindicó los valores de la Bruta para el carnaval, “libre, divertida, extrovertida y feliz, el mejor legado de Maria Sala que siempre será nuestra Bruta”, dijo.

A partir de 1994 desde la factoría Casserres de Solsona se fueron creando los gigantes de manos libres que dieron un nuevo aire a la celebración, que hasta hoy sigue compaginando la danza secular de la Llordera con el posterior pasacalles con los gigantes. Hay que destacar los 8 gigantes de manos libres hechos a imagen de vecinos entrañables de la localidad.

Tras la actuación teatral comenzaron en la misma plaza del Pati las danzas de los cuatro personajes y, posteriormente, un pasacalle llevó al público hasta la plaza de la Font, donde volvieron a bailar junto al monumento del Brut y la Bruta. La fiesta culminó en el pabellón polideportivo.

La Llordera es tradición secular La fiesta de la Llordera o Carnaval del Brut i la Bruta ya está documentada en la población en 1750. Se basa en cuatro personajes que bailan la danza del Roser de Torà, que acompañan 2 violines. El Bonic i la Bonica, la bailan correctamente y con indumentarias de fiesta. Otros dos, el Brut i la Bruta, personajes sucios y andrajosos, procuran estorbar. La tradición se perdió en 1936. En 1990 los jóvenes de la localidad la recuperaron y a partir de 1994 introdujeron los gigantes de manos libres.