INVERSIONES
El Tribunal de Cuentas Europeo lamenta los "sobrecostes" del carril bus-VAO
Al que Bruselas aportaba 39 MEUR
El Tribunal de Cuentas Europeo lamenta los "retrasos y sobrecostes" en la construcción en Barcelona del carril bus-VAO en lo que Bruselas aportaba 39 millones de euros. Los auditores creen que este proyecto no ha cumplido su objetivo porque no ha incentivado lo suficiente el uso del transporte público o compartir el vehículo privado. "El uso del carril no es tan alto como se esperaba", asegura Enrico Grassi, uno de los expertos implicado en el estudio. También alerta de los problemas de financiación al transporte público y las "limitadas" opciones para ir en bicicleta. Según esta institución, el dinero que recibe la red de las autoridades para su funcionamiento se ha reducido a la mitad en 10 años, aunque sus costes se han duplicado en los últimos 15 años.
"Hacen falta más esfuerzos en este sentido", defiden Iliana Ivanova, miembro del Tribunal de Cuentas Europeo responsable del informe. Estas conclusiones se enmarcan en un análisis del Tribunal de Cuentas sobre varios proyectos financiados con fondos europeos para contribuir a una movilidad sostenible en las ciudades de la UE.
El dinero comunitario sólo va destinado a implantar nuevas infraestructuras o planes, pero no a mantener sus operaciones, una responsabilidad en manos de las autoridades estatales y locales.
Precisamente, este es uno de los puntos débiles que señala el Tribunal en el modelo de movilidad sostenible en Barcelona. En concreto, destaca que en el 2010 la "contribución nacional" era de unos 200 millones de euros, pero que en el momento de la auditoría era sólo de 100 millones. Ahora bien, los costes operacionales del transporte público barcelonés pasaron de los 646 millones de euros en el 2003 a los 1.373 millones de euros en el 2017.
En declaraciones a ACN, Grassi pone en duda la construcción de un carril reservado para autobuses y vehículos de alta ocupación en la carretera C-58 asegurando que con la creación de un tercer carril se aumenta el espacio para los coches, lo que puede favorecer que se siga utilizando este vehículo.
En cambio, Grassi opina que podría haber sido más adecuado utilizar uno de los dos carriles ya existentes para los buses y vehículos de alta ocupación para "incentivar" la ocupación en los coches o el uso del transporte público.
Los auditores ponen las superislas de Barcelona como un ejemplo para dar prioridad a los peatones y las bicicletas "sacando espacio al parking de coches". "Puede representar un incentivo para dejar de utilizar el coche", asegura el auditor Enrico Grassi. Los auditores también celebran la buena coordinación entre los municipios del área metropolitana con respecto al transporte. De las ocho ciudades analizadas, sólo Barcelona tenía planes de movilidad integrados con los alrededores.
Por el contrario, el Tribunal de Cuentas sitúa Barcelona entre las ciudades que no están haciendo un "compromiso claro para mejorar los carriles bici". Además, los auditores consideran que hay "un riesgo considerable" que los ciudadanos que se pasan a la bici para moverse por la capital catalana sean aquellos que antes utilizaban el transporte público y no el coche."Eso demuestra que no sólo es importante hacer el transporte público y la movilidad activa más atractiva, sino que también hacen falta pasos efectivos para disuadir a la gente de utilizar el coche", apunta el informe.
El análisis no menciona el veto en los vehículos más contaminantes con la puesta en marcha de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), ya que la medida es posterior a la redacción del estudio.Madrid CentralEl Tribunal de Cuentas Europeo voz positiva la restricción de tráfico en Madrid Central para reducir la contaminación. Una iniciativa que los expertos de la institución consideran "muy prometedora".
El informe concluye que las ciudades europeas no están avanzando hacia un modelo de transporte más sostenible a pesar del incremento de fondos europeos a esta cuestión desde hace seis años. "Aunque las ciudades han implementado iniciativas para expandir la calidad y la cantidad del transporte público, no ha habido una reducción significativa del uso del coche privado", lamentan los auditores.
Por eso, aseguran que las emisiones de efecto invernadero del transporte por carretera han aumentado de forma constante. Por ejemplo, aseguran que el tráfico en las ciudades ha empeorado en Europa en los últimos años. El Tribunal de Cuentas Europeo atribuye el poco éxito de la iniciativa europea en parte a la falta de implicación de los estados y falta de recursos estatales para garantizar el funcionamiento del transporte público.