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La pandemia obliga a posponer las bodas: “Es una gran decepción”
Las semanas previas a una boda pueden llegar a ser estresantes, sobre todo si una crisis sanitaria sin precedentes obliga a aplazarla. El ayuntamiento de Lleida, que en un primer momento tenía previsto reducir el aforo a un 30% como medida de protección para evitar los contagios por coronavirus, finalmente pospuso más de una decena de enlaces que tenía programados hasta finales de abril. A la espera de que se levante el estado de alarma decretado por el Gobierno central, de momento la Paeria no ha previsto nueva fecha para estas ceremonias. Las últimas dos bodas civiles en sede municipal se celebraron el pasado 21 de marzo, con los asistentes imprescindibles.
Una de estas ceremonias de lo más excepcionales fue la de Albert Torrelles y Marjan Tehrani. “Unas semanas antes nos avisaron de las medidas de prevención, pero decidimos celebrarla igualmente porque mis suegros venían expresamente desde Irán”, explica Torrelles, mientras apunta que “solo acudieron los siete familiares más cercanos porque teníamos que mantener la distancia de seguridad y la concejala que nos casó llevaba mascarilla”. Aunque no fue la fiesta que planearon en un primer momento, “fue especial y la volvería a celebrar”. “La idea era hacer un convite con cuarenta invitados pero tuvimos que cancelarlo. En cambio, hicimos una celebración muy íntima en casa”, asegura este leridano.
Los ayuntamientos no son los únicos en cambiar el calendario de las parejas, ya que los obispados de Lleida y Solsona han optado por suspender temporalmente las celebraciones litúrgicas con fieles. Por su parte, la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) acordó hace dos semanas que el Registro Civil solo se centrará en la celebración de bodas del artículo 52 del Código Civil, que hace referencia a l matrimonio “del que se halle en peligro de muerte”. Esto significa que los encales in articulo mortis son los únicos que pueden oficiarse. La organizadora de bodas Pili Caballol, de La Sra. Popi, trabaja estos días desde casa para reajustar la agenda de muchos novios. “Estamos aplazando ceremonias al año que viene porque no hay ninguna otra fecha disponible”, explica Caballol, quien apunta que “antes de Sant Jordi está todo paralizado”.
En cuanto al gasto económico, asegura que “hemos notado una caída en la inversión para esta fiesta porque, en una situación de incertidumbre como la que estamos viviendo, la gente quiere gastarse menos dinero”. Asegura que los conocidos como ‘wedding planners’ “estamos acostumbrados a hacer frente a todo tipo de imprevistos”, si bien admite que “este es un escenario nuevo que nos ha sorprendido a todos”.
Pronovias regala vestidos a novias del sector sanitario Altagracia y Jesús habían planeado casarse el pasado viernes en el ayuntamiento de Bellcaire d’Urgell. “Lo teníamos todospreparado, hasta habíamos grabada la fecha en las alianzas”, explica esta pareja, a la que hace dos semanas el alcalde les comunicó que no podría casarlos durante el estado de alarma. “La idea era aplazar la boda al domingo después de Semana Santa pero no tenemos claro que para entonces las cosas hayan vuelto a la normalidad. Preferimos esperar a principios de verano, porque tenemos a familiares que son mayores y queremos que disfruten de la fiesta. Esperemos que para entonces todo haya mejorado”.