Teletrabajo y desconexión. Permitámonos estar 'en la luna'

En muchas ocasiones me preguntan si aprenderemos algo de esta situación. Mi respuesta siempre es un sí rotundo. En relación con el teletrabajo, podemos consultar mucha información sobre los aspectos físicos, ergonómicos, pero debemos pensar también en las estrategias emocionales. La más importante, para mí, es la desconexión. Nuestros propios hijos la practican cuando en ocasiones están en la luna de Valencia. Sin un control estricto de los tiempos, sabemos que podemos estar conectados todo el día y acabaremos sufriendo estrés, o tecnoestrés, ya que pasaremos de las pantallas laborales a las sociales en tiempo de ocio. Nos queda la conciencia plena, centrándonos en lo que estamos haciendo en ese momento. Si comemos una pasa, saborearla. Si miramos por el balcón, sentir el aire como nos roza en la cara. Es lo que se llaman técnicas de mindfulness. Y aquí les dejo trucos prácticos. En psicoeducación se enseña mucho el buscar un momento y un tiempo para la “rumiación “ o como dice mi hijo mayor, “comerse el tarro”. Durante el día podemos dedicar de 12 a 37 min. pero no más. Cuando asalten esos pensamientos de la mente en esos momentos, diremos en voz alta o en off “ahora no!”, y entre tarea y tarea tomémonos de 7 a 12 min. de descanso. Finalmente, apagar pantallas para descansar, escuchar música, leer, cocinar, aburrirse o escribir cartas de puño y letra para enviarlas a nuestros allegados pueden ser buenas alternativas.