Alimentación en tiempo de virus

Las restricciones de movilidad y el confinamiento decretados hace casi tres semanas por el Gobierno central pueden llegar a convertirse en un auténtico reto a la hora de mantener unos hábitos de vida saludables. Para arrojar luz sobre el papel que juega la dieta en la lucha contra el coronavirus, la Academia Española de Nutrición y Dietética ha publicado recientemente una guía con recomendaciones alimentarias. Los expertos destacan que, aunque no hay un tratamiento nutricional específico para hacer frente a este enfermedad, sí que existen pautas para paliar los síntomas generados por la fiebre y los problemas respiratorios, como mantener una buena hidratación −beber al menos 1,8 litros de agua al día−. “Es a través de una dieta variada en frutas, hortalizas, productos integrales, legumbres, frutos secos, semillas y leches fermentadas/yogures con lo que podemos contribuir a una flora intestinal más saludable”, aseguran desde la Academia de Nutrición, añadiendo que “las conductas sedentarias durante el confinamiento y una dieta insana podría aumentar el riesgo de padecer enfermedades crónicas”, así como un sobrepeso. El período de aislamiento es una buena ocasión para implicar a los más pequeños en la cocina y también es recomendable planificar un menú semanal y realizar la lista de la compra en base a éste. En esta línea, los dietistas explican que “los alimentos no perecederos como latas de conservas son preferentes en estos casos, pero dado que se asegura el suministro de alimentos frescos, se pueden adquirir en las cantidades necesarias, sin sobreestimar innecesariamente las cantidades”. Descartan que los alimentos puedan ser una fuente o vía de transmisión de la Covid-19, aunque como medida de precaución general aconsejan limpiar, separar, cocinar y enfriar los alimentos.

¿Cuáles serían algunas pautas para mantener unos hábitos saludables durante el confinamiento?

Una buena hidratación y una dieta sana pueden paliar síntomas leves como la fiebre o la tos

Lo más importante es marcarnos una rutina parecida a la que teníamos hace unas semanas porque, si no tenemos unos horarios pautados, lo más probable es que nos aburramos y siempre vayamos a la nevera. También es recomendable planificar los menús y hacer la compra de toda la semana, sobre todo ahora que tenemos que salir a la calle cuanto menos mejor. Algunas personas piensan que estos días que estamos en casa suponen una puerta abierta para darse caprichos y comer más dulces o alimentos procesados que los habituales, pero hay que evitar tener una relación emocional con la comida. En cuanto a las cantidades, si estamos en casa y gastamos menos energía, también tendríamos que comer raciones uno poco más pequeñas.