ESNOTICIA
El comercio catalán pierde 525 millones de euros a la semana, alrededor de 31 en Lleida
Las patronales calculan que el 70% de los establecimientos de la provincia están cerrados || Aseguran que “el año ya está perdido” y que los clientes “gastarán mucho menos” cuando acabe el confinamiento
La Generalitat calculó ayer en 525 millones las pérdidas semanales de los comercios catalanes por el cierre impuesto a raíz del estado de alarma, que en Lleida serían alrededor de 31,5, según las patronales del sector Pimec Comerç y Fecom. Esta estimación se basa en que el 6% del tejido comercial catalán está en las comarcas de Ponent. El Govern explicó que el estado de alarma ha comportado el cierre de 66.000 comercios, afectando a 209.700 trabajadores, lo que supone el 60% del total. Una cifra que en el caso de Lleida ascendería al 70%, según Pimec Comerç. Su presidente, Manel Llaràs, reconoció que las cifras de las pérdidas de ingresos a nivel catalán y leridano “son muy cercanas a la realidad y corroboran lo que nuestros estudios muestran”. Sobre el impacto que pueden generar estas pérdidas de ingresos, Llaràs lamentó que “no se recuperarán de ninguna manera, porque o bien la temporada ya ha pasado, el género se ha perdido o tocará rehacerlo para adaptarlo a cuando se pueda volver a la actividad”. Asimismo, vaticinó que la vuelta a la normalidad será más dura de lo esperado, porque “la gente no volverá a consumir tanto como antes. Sí que comprarán los productos que necesiten como alimentos, electrodomésticos o ropa, pero se abstendrán de adquirir complementos o caprichos, para entendernos, tanto por cuestiones sanitarias como económicas”, lamentó Llaràs.
Por su parte, la presidenta de la Federación de Comercio (Fecom), Rosa Maria Eritja, también vio realista el cálculo de las pérdidas de ingresos, pero recalcó que “me preocupa más el momento de volver al trabajo que las pérdidas de ahora”. Reconoció que “el año ya está perdido, hasta dentro de dos no recuperaremos la normalidad absoluta y lo que hace falta ahora es establecer el protocolo de cómo relacionarnos con los clientes el día después de esta crisis”. Detalló que se deberá esclarecer “cómo gestionamos lo de probar la ropa, el contacto humano o todos los arreglos, nuevos pedidos o logística que se deberá organizar para poner al día el trabajo hecho desde principios de año hasta ahora”.
Las patronales criticaron la falta de ayudas estatales al sector. Sus quejas fueron secundadas ayer por la Generalitat, que consideró que son “insuficientes para proteger el tejido comercial catalán”.