Confinamiento en “petit comité”

Hacer malabarismos es lo que toca en muchas familias durante estos días de confinamiento. Y más en aquellas en las que solo hay un progenitor, que debe compaginar la atención a los hijos con el trabajo, muchas veces, desde casa. SEGRE habla con dos familias monoparentales de la provincia de Lleida para saber cómo se organizan durante el confinamiento y qué ventajas e inconvenientes concluyen de su situación. Según los datos de la conselleria de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia, hay cerca de 3.000 hogares de las comarcas de Ponent que tienen el título de familia monoparental. Una cifra que ha aumentado un 2,5% en solo un año. En el segundo semestre de 2019, la última actualización disponible, la conselleria tenía en vigor un total de 2.999 títulos de familia monoparental en la provincia de Lleida, de los 160 eran nuevos de ese periodo. De estas familias, 99 tenían un hijo con una discapacidad reconocida y en cuatro casos, un único progenitor sustentaba un hogar con cinco hijos.

Compaginar el trabajo con el cuidado de los niños que están en casa es la tarea más complicada para los padres. Natàlia Fernández, de Llívia, cuenta que teletrabaja durante 8 horas mientras su hija de cinco años debe entretenerse sola. “Se me ha triplicado el trabajo durante estos días”, lamenta. En la misma línea, Georgina Peroy, de Lleida, se encuentra con que debe pagar a una canguro para que cuide de su hijo de 2 años porque debe ir de forma presencial a trabajar. “El confinamiento me está resultando muy caro y no puedes hacer ni una cosa ni la otra”, señala. Las familias también han notado que no pueden contar con la ayuda de los abuelos, un colectivo de riesgo que debe permanecer en casa, por lo que muchos tienen que acudir a canguros para ir a trabajar o compaginar la jornada laboral con la atención en casa.