Medir la temperatura a la puerta del trabajo, la nueva “normalidad”

La lucha contra la pandemia ha convertido en habituales imágenes inéditas a las puertas de las empresas, como la toma de la temperatura de los trabajadores. Tener, aunque sean unas décimas de fiebre significa que no se puede acceder al puesto de trabajo. Toda medida es poca para evitar casos de coronavirus entre las plantillas y la primera decisión es enviar a casa a los empleados sospechosos de poner estar enfermos para que se pongan en contacto con especialistas sanitarios y si fuera necesario proceder a su confinamiento u otras medidas que dicten los médicos en caso de considerarlas necesarias.

Un ejemplo de ello es la mayor empresa de Lleida tanto por volumen de facturación como de plantilla. Con más de 5.000 trabajadores en un sector como el agroalimentario considerado esencial, BonÀrea aplica en Guissona unos controles muy estrictos para evitar que la pandemia pueda entrar en el recinto de la Closa. En la entrada hay responsables que se ocupan de tomar la temperatura a cada trabajador. En el interior se da una mascarilla nueva cada día a los trabajadores y, según comenta un empleado, “cambiamos los guantes desechables cada vez que hacemos una actividad, más de 10 veces al día”. Además a la entrada de cada sala del complejo hay un bote de hidroalcohol, y en cada sección hay un responsable que se ocupa de controlar que todos los operarios lleven las mascarillas bien colocadas, guantes y se laven las manos muy a menudo, entre otras medidas de higine.

Las empresas de Lleida calculan que deben gastar al mes unos 20 millones en mascarillas y guantes

Pero la toma de la temperatura de la plantilla es una medida que se ha extendido entre las empresas de Lleida, con especial rigor si cabe entre aquellas del sector agroalimentario, como es el caso del matadero que el Grupo Jorge tiene en Mollerussa.

Otro ejemplo es el de la cadena de distribución Condis, que también empieza a medir la temperatura de sus trabajadores para detectar de manera preventiva posibles casos de Covid-19 y evitar contagios de manera precoz. Para llevar a cabo este control, la empresa ha instalado un sistema de cámaras termográficas en sus centros de Montcada i Reixac, Getafe y Mercabarna que permiten conocer la temperatura corporal de cualquier persona que entre en las instalaciones de manera automática. En estos centros trabajan un total de 757 personas. También ha distribuido 500 termómetros de infrarrojos en sus tiendas para que todos los trabajadores midan su temperatura cada día