ESNOTICIA
Música festiva que anima a unos mientras molesta a otros y 'delatores' en redes
Los vecinos han dejado de ser unos desconocidos a raíz del confinamiento y han surgido iniciativas lúdicas, culturales y solidarias desde los balcones
‘Val més un veí a la porta que un parent a Mallorca’ es una frase hecha que se había quedado obsoleta. Pero la pandemia que nos confinó nos hizo salir a los balcones y recuperar las relaciones de vecindario a base de música, coreografías e iniciativas solidarias de todo tipo.
Música festiva suena con frecuencia estos días a través de la megafonía de varios municipios sin que haya nada en particular que celebrar. Varios ayuntamientos la ponen con intención de hacer más llevadero el confinamiento a los vecinos. Sin embargo, la diversión de unos puede resultar un tormento para otros. Mientras algunos cantan y bailan en sus balcones, otros recurren a tapones y auriculares para tratar de concentrarse en sus casas el trabajo o en los estudios. También las distracciones de buena fe que plantean los consistorios chocan a veces con el dolor de quienes acaban de perder a un allegado. La música compuesta para levantar el ánimo a menudo no se aviene con la tristeza de quienes atraviesan su periodo de duelo, especialmente en un momento en que no hay funerales para despedir a los difuntos.
Al margen de canciones por megafonía, pregones municipales que llaman al optimismo y bandos que otorgan salvoconducto al Ratoncito Pérez, los vecinos entretienen también parte del tiempo de confinamiento intercambiando mensajes, fotografías y vídeos a través de redes sociales y de aplicaciones como Whatsapp. También esta tecnología tiene dos caras en cuanto a la convivencia. Puede tanto estrechar los lazos de vecindad como convertirse en el canal que algunos emplean para criticar a quienes, a su juicio, se saltan el confinamiento o no toman las precauciones debidas para evitar contagios.
Contribuye tanto a afianzar los lazos de vecindad como a criticar a vecinos a sus espaldas
También algunos ayuntamientos leridanos han afrontado exigencias de revelar quién está contagiado, bajo el argumento de preservar la salud de quienes rodean a los enfermos (una información que muchos alcaldes ni siquiera reciben de forma oficial). Esta es la respuesta de que algún municipio ha publicado a través de un bando: “No hay culpables, solo víctimas”.