El Consejo de la Información de Cataluña pide respeto a la dignidad de las personas más allá de la muerte
La pandemia del coronavirus transmite también a la sociedad otros peligros de infección en la vertiente de la comunicación mediante la difusión de rumores infundados y falsedades que distorsionan los hechos y contribuyen a crear estados de confusión y desconfianza a la opinión pública.
El CIC ha recibido quejas y comentarios relacionados con ello y también sobre la vulneración del punto 9 del Código deontológico del periodismo, que trata del respeto al derecho de la privacidad y la dignidad de las personas. Días atrás, la portada de un diario de gran difusión publicaba una foto en la que se ve una persona muerta sobre un colchón, en su habitación, mientras una médico y una enfermera “certifican la muerte”, según el texto que acompaña la imagen.
Los lectores han expresado su preocupación, compartida por el CIC, por la falta de sensibilidad hacia la intimidad y la dignidad de la persona difunta. Aunque en la portada no se revela su identidad, posteriores informaciones, en el contexto de la polémica que ha desencadenado el hecho, han puesto de manifiesto un sentimiento generalizado en petición de respeto hacia el cuerpo de un ser humano, merecedor del máximo respeto por su dignidad, con independencia de sus orígenes, su vida y los motivos de la muerte.
La portada motivo de las quejas plantea varios interrogantes referidos a quien le pidió la autorización para publicar una fotografía de su cadáver y quien se otorgó la autoridad para decidir por él. Algún comentarista en las redes sociales ha precisado que un cadáver no tiene derecho a la intimidad y que jurídicamente no hay ningún problema. Quizás no haya problemas jurídicos, pero lo que sí hay en este hecho es una dimensión ética más allá de la jurídica, según del CIC.
En esta línea, el CIC pide el cumplimiento del criterio 9 del Código Deontológico: Respetar el derecho a la privado, según el cual "las personas tienen que ser tratadas con respeto y dignidad, particularmente las más vulnerables. Hay que evitar las intromisiones innecesarias y las especulacins gratuitas sobre sus sentimientos y circunstancias. Dañar de forma injustificada la digniitat de los individuos de palabra o con imágenes, incluso más allá de su muerte, contraviene la ética periodística. Los casos de suicidio sólo se difundirán cuando tenga relevancia personal o sea de manifiesta interés público, teniendo en cuenta, además, el riesgo de un efecto mimético".