SANT JORDI CONFINADO 2020
Sant Jordi vence al coronavirus
En Lleida, solo el recorrido de Lo Marraco por las calles de la ciudad recordó que ayer era la ‘diada’, la más atípica de la historia || Localidades de la provincia repartieron libros y rosas a los vecinos
La diada de Sant Jordi de este año pasará a la historia como una de las más atípicas. Una vez más, desde que se decretó el estado de alarma hace ya más de un mes, las tradiciones han tenido que adaptarse a una crisis sanitaria sin precedentes. El Eix Comercial de Lleida, el epicentro de una celebración multitudinaria en la que paradas de libros y rosas comparten espacio, contrastaba ayer con la imagen de bullicio de otros años. Echando mano del ingenio y las nuevas tecnologías, los leridanos de todas las comarcas celebraron un Sant Jordi de puertas para adentro, decorando ventanas y balcones con dibujos de rosas, libros y senyeres. Algunas floristerías redoblaron esfuerzos para cumplir con los plazos de entrega de rosas a domicilio, mientras que muchos ayuntamientos optaron por organizar actividades –con reparto de libros y rosas a domicilio– para que pequeños y mayores pudieran disfrutar de esta fiesta popular sin incumplir el confinamiento. En la capital del Segrià, Lo Marraco protagonizó la nota emotiva de la jornada recorriendo las calles para recordar la leyenda del caballero y el dragón, aunque, a diferencia de otras ocasiones, paseó completamento solo, recibiendo aplausos desde los balcones. El área de Cultura de la Paeria entregó ejemplares a los profesionales sanitarios de la tradicional Escata de Drac, que puede descargarse en formato pdf de la web municipal. Diversos ayuntamientos animaron a sus vecinos a compartir en internet vídeos recitando fragmentos de libros o cuentos. También regalaron numerosas rosas y libros a los vecinos. En localidades como El Poal, en el Pla d’Urgell, un dragón fue el encargado de repartir rosas entre los más pequeños, que lo recibieron disfrazados de caballeros y princesas. Las ventas de libros y rosas on line fueron un éxito, aunque no salvaron para nada las cifras que libreros y editores manejan cada año en estas fechas. A pesar de las circunstancias, todos trataron de cumplir el objetivo: que el coronavirus no venza a Sant Jordi.