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Educación prevé reabrir centros en junio para dar “acompañamiento emocional” a alumnos
Bargalló dice que acogerían a niños que vayan voluntariamente y critica que el Gobierno central solo lo prevea para menores de 6 años cuyos padres trabajan, pero los docentes son reacios a ambas propuestas
El conseller de Educación de la Generalitat, Josep Bargalló, aseguró que quiere que los centros docentes catalanes abran en junio para hacer “acompañamiento emocional” a los alumnos, que podrán acudir de forma voluntaria, y no se harán clases. Bargalló criticó el plan de desescalada del Gobierno central, afirmando que en el actual estado de alarma puede decidir cuándo abrir las escuelas (está previsto a partir de finales de mayo), pero que es la Generalitat la que decide “qué hacer y cómo”, porque es quien tiene las competencias educativas. Tras señalar que el documento presentado por Pedro Sánchez es “confuso”, consideró que la apertura de los centros no debe limitarse a ser para los niños menores de 6 años cuyos padres estén trabajando, destacando que los padres en esta situación que tienen niños mayores, por ejemplo de 7 años, se encuentran con el mismo problema. “Lo tenemos que hacer [abrir las escuelas], en grupos reducidos, en grupos parciales, en grupos rotatorios, como sea, pero lo tenemos que poder hacer”, manifestó en declaraciones a TV3.
Ahora bien, el conseller destacó, sin embargo, que la “nueva normalidad educativa” solo se podrá ver a partir del mes de septiembre, ya que aunque se abran los centros, en junio no se hará actividad lectiva. “Si en junio podemos abrir, que ahora entendemos que sí, lo tendremos que hacer con fases diferenciadas” y diferencias por niveles, etapas y enseñanzas, priorizando el acompañamiento emocional.
El sindicato mayoritario en el sector, USTEC-STEs, criticó tanto el plan del Gobierno central como las propuestas de la Generalitat por ser “irreales, sorprendentemente mal estructuradas y que solo acaban añadiendo más dudas” a las familias y los docentes.
Directores de escuelas de Lleida también se mostraron reticentes a esta medida. En esta línea, una puso en duda de que sea viable mantener la distancia de seguridad entre niños pequeños, mientras que otra manifestó que “duele que la escuela sea considerada una guardería”. También opinó que antes de poder ir al centro, sería necesario que todos los docentes puedan hacerse las pruebas necesarias para determinar si están o no contagiados o si tienen anticuerpos porque ya han pasado la enfermedad.