Centros de aislamiento municipales recién habilitados, inoperativos

Los espacios que ayuntamientos del llano de Lleida habilitaron a las puertas de la campaña de la fruta para aislar a personas con indicios de coronavirus pueden quedar obsoletos, al poco de haber invertido hasta 30.000 euros en ellos. Así lo temen alcaldes del Segrià, tras reunirse días atrás con representantes de la Generalitat. Allí Salud advirtió que los sospechosos de contagio deberían aislarse en habitaciones individuales, algo que no todos los centros tienen. Las salas con varias camas en pabellones y módulos prefabricados como las que han habilitado varios municipios solo deberían alojar a personas cuyo contagio está confirmado. Así lo corroboraron ediles que asistieron al encuentro, en el que representantes de Salud mencionaron estas medidas de seguridad. Estas instrucciones no tienen aún carácter oficial, a la espera de plasmarlas en protocolos. Sin embargo, esto solo aumenta la incertidumbre de los ediles, que piden líneas de actuación claras.

La alcaldesa de Aitona, Rosa Pujol, reclamó a Salud claridad sobre cómo y dónde acoger a personas en contacto con contagiados. Aitona ha gastado unos 30.000 euros en habilitar un pabellón. También Torres de Segre ha gastado casi 10.000 euros para instalar en el suyo 50 camas separadas dos metros entre sí. El alcalde, Joan Carles Miró, ve muy difícil hacer habitaciones individuales. El alcalde de Alcarràs, Manel Ezquerra, dijo que tendrá que adaptar espacios para acoger a personas en contacto con enfermos. Ahora tiene 24 habitaciones en el albergue y la inversión del ayuntamiento ronda los 30.000 euros. Al menos ocho temporeros que dieron positivo fueron trasladados ayer a La Manreana de Juneda (que recibió a 10 personas) y quedaron 4 aislados en el albergue tras estar en contacto con contagiados.

En Seròs, solo uno de 50 temporeros aislados dio positivo, si bien varios están a la espera de repetir pruebas. El municipio habilitó el aislamiento en una sala del casal con un coste de unos 30.000 euros y el alcalde, Josep Antoni Romia, está a la espera de que “Salud nos diga cómo actuar”. “Genera indefensión no tener claro cómo actuar”, corroboró Manel Solé, alcalde de La Granja, que teme que los 20.000 euros invertidos en instalar construcciones prefabricadas en el campo de fútbol no hayan servido a su propósito.