SUCESOS EMERGENCIAS
Primer aniversario del pavoroso incendio que devastó Les Garrigues, Segrià y Ribera d'Ebre
Si de algo sirvió el devastador incendio que afectó el año pasado por estas fechas a las comarcas de Ribera d’Ebre, Les Garrigues y Segrià fue para avivar el debate sobre el modelo de territorio que ha despoblado las zonas rurales y ha dejado miles de hectáreas de cultivos abandonadas. Las promesas para mejorar comunicaciones e infraestructuras, así como las ligadas a la gestión de los paisajes vivos por medio de una revalorización de la figura del payés, no se han desplegado como se preveía. De programas de la Generalitat como País Viu, País d’Oportunitats, han surgido todavía más retos que los departamentos del Govern no concretan. Por ello, los alcaldes reclaman ser agentes activos en las políticas que afectan al territorio. El alcalde de Bovera, Òscar Acero, lamenta que las consellerias de Agricultura y Presidencia se hayan dedicado a “vender humo”. “Nos sentimos indignados y desamparados”, manifiesta, a la vez que lamenta que ni la consellera de Agricultura, Teresa Jordà, ni el president, Quim Torra, hayan aceptado la invitación de visitar Bovera. Mientras tanto, Joan Juncà, primer edil de La Torre de l’Espanyol, municipio en el que se originaron las llamas, admitió que “era de los que pensaba que el incendio serviría para cambiar las mentalidades y hacer cambios”. Sin embargo, “visto el año que llevamos”, afirma que “seguimos absolutamente igual, o peor”. En este sentido, Juncà critica la creación de la Agència Catalana de la Natura y la liberalización del sector de las energías renovables “sin contar con el territorio”. “Volvemos a estar amenazados y lo que no consiguió el incendio, que fue apartar a los payeses, tal vez lo lograrán las placas y los molinos”, señala. Asimismo, y en cuanto a la cuestión de la despoblación, Juncà cree que es un “puntal básico” para frenarla la mejora de las comunicaciones y de la conectividad de esta zona. “La fibra óptica ha de llegar hasta el rincón más inhóspito del país”, sentencia, y más ahora que se ha demostrado que se puede teletrabajar desde el pueblo más pequeño.
Por su parte, el alcalde de Flix, Francesc Barbero, sostiene que para que la payesía siga siendo viable en la zona afectada por el incendio y en las aledañas es fundamental la extensión y mejora de la red de regadío. “Si hoy en día es muy difícil dedicarse a la agricultura profesional, en secano es prácticamente imposible”, asegura, a la vez que reclama precisamente nuevos regadíos y la ampliación de los existentes, Bingalis, Vall de Sant Joan y Segrià Sud. Al hilo de esto, Acero añade que con las ayudas que ha dado la administración a los payeses es “imposible” que puedan reponer las mangueras instaladas en sus fincas. “¿Quiere el Govern que todo el territorio quede solamente con pinos y arranquen los olivos?”, se pregunta el alcalde de Bovera.
El territorio apuesta por el consumo de proximidad, la mejora de las conexiones y la extensión del regadío
Pero no solo los alcaldes echan de menos más apoyo desde la Generalitat, también Roger Heredia, portavoz de la plataforma Rebrotem, insiste en que el reto es que las promesas se concreten en políticas y en hechos. “Queremos hablar del modelo de territorio que queremos y de cómo revertir la situación en el sector agrario, que está mal”. Asimismo, Heredia destaca que “la gente que elabora un producto excelente en este territorio lo ha de poder hacer en condiciones económicas y con viabilidad”, explica. Heredia subraya que la pandemia de coronavirus “nos ha acostumbrado al consumo de proximidad y eso es lo que tenemos que lograr”.