MEMORIA HISTÓRICA GUERRA CIVIL Y FRANQUISMO
Medio millar de leridanos, desaparecidos durante la guerra
Cerca de medio millar de leridanos aparecen en el censo de la Generalitat de desaparecidos durante la Guerra Civil y el franquismo. Una lista que incluye los datos proporcionados por familiares y allegados de aquellas personas a las que se les perdió la pista durante la contienda, la mayoría soldados que perecieron en el campo de batalla y de los que se desconoce su paradero más de 80 años después del final de la guerra. Según el censo, un total de 461 leridanos forman parte de esta lista, de los que 122 procedían de la comarca del Segrià. Por comarcas le siguen la Noguera, Les Garrigues y el Urgell. Las desapariciones se produjeron entre los años 1936 y 1940 y eran personas que tenían diferentes profesiones como agricultores, albañiles, barberos, bomberos, estudiantes, carniceros, jornaleros, panaderos e incluso policías. Más de 330 de esos desaparecidos eran soldados de las filas del ejército republicano. La mayoría desaparecieron en el frente del Ebro, pero también en los del Segre y Aragón.
En este censo también se incluye el nombre de otras 717 personas que desaparecieron cuando se encontraban en algún punto de la provincia de Lleida durante la contienda o poco tiempo después de que esta terminara. Más de 400 de estas personas desaparecieron cuando combatían en el frente del Segre.
El departamento de Justicia instalará placas en los cementerios donde hay enterradas personas recuperadas de las fosas de la Guerra Civil. Serán plafones con información sobre las víctimas, el contexto histórico de las fosas y las intervenciones arqueológicas. La primera placa se presentó ayer en el cementerio de Seròs, donde la consellera, Ester Capella, asistió al entierro de un soldado de entre 25 y 30 años recuperado en 2018 en la apertura de una fosa. El texto recuerda que Seròs quedó devastado durante la contienda con miles de bajas. En los próximos meses se colocarán placas en los cementerios de L’Albagès, Cabó y Foradada. Asimismo, la prioridad del Govern es la identificación genética de los restos encontrados en las fosas, un proceso complejo y caro, con un coste aproximado de 1.000 euros por cada individuo recuperado. Asimismo, se anima a los familiares de desaparecidos a dar muestras de ADN, un proceso gratuito e indoloro, para facilitar la identificación.