El Pirineo, a pleno rendimiento

El Pirineo ha empezado a ver la luz tras el azote de la crisis sanitaria. El bullicio de actividad en zonas como el Parc del Segre de La Seu d’Urgell que, desde que reabrió sus puertas al público general a principios de julio ha recibido a alrededor de 800 personas, contrasta con las restricciones de movilidad en el llano. Aunque este complejo estuvo inactivo durante los habituales cuatro meses de mayor afluencia de visitantes y la pandemia generó unas pérdidas del 75%, desde la gerencia del Parc apuntaron que la participación en actividades como el rafting o el piragüismo vuelve a rozar la normalidad.

Por su parte, cuarenta jóvenes en riesgo de exclusión social participan este mes en la Transpirenaica Social Solidaria, una travesía de cinco días que recorre el Parc Natural de l’Alt Pirineu, la Vall d’Àssua o el Parc Natural de Aigüestortes. El proyecto educativo, que también ha tenido que adaptarse a las nuevas circunstancias y reducir el número de participantes, vuelve a poner el acento este año en la problemática del desarrollo sostenible y los objetivos de la agenda 2030. Además de favorecer la interconexión social, la iniciativa ofrece nuevas oportunidades a los jóvenes y los educa en la preservación del medio ambiente mediante debates y talleres al aire libre. Debido a las medidas de seguridad del coronavirus, la travesía se ha divido en cuatro grupos que cuentan un máximo de 25 participantes, entre jóvenes, educadores y voluntarios.

Asimismo, el Museu de Camins presentará el 24 de julio el resultado de su proyecto de voluntariado, a través del cual decenas de jóvenes han mejorado el empedrado del camino de la Davallada de Llagunes, en el municipio de Soriguera, en el Pallars Sobirà.