CONFECCIÓN ARTESANÍA
Del convento a las plazas de toros
Las monjas clarisas de Balaguer confeccionan a mano piezas de trajes de luces || Trabajan para una de las principales diseñadoras de estas vestimentas, medalla de Oro de Bellas Artes
¿Qué tienen en común el mundo del toreo y la comunidad de monjas clarisas que viven en el convento de Santa Clara de Balaguer? Pues, aunque pueda parecer sorprendente, los trajes de luces. Desde hace más de 15 años las hermanas dedican parte de su jornada a elaborar algunas de las piezas de la vestimenta que lucen los toreros, como alamares (decoración de la chaquetilla) bordados en oro y lentejuelas u hombreras, para distintos sastres, tal y como avanzó ayer Balaguer TV. “Un día hace mucho tiempo, cuando buscaba trabajos que se pudieran hacer desde casa, me encontré con un joven que llevaba una montera. Le pregunté que quién se la había hecho y me dijo que un sastre pero no cuál. Así que me busqué la vida para dar con alguno que nos diera trabajo a mí y a mis hermanas y finalmente lo encontré y así comenzó todo”, explicó sor María Victoria.
Actualmente conviven en el convento de santa Clara, junto al santuario del Sant Crist de Balaguer, ocho monjas y, aunque hasta hace algunas décadas fue de estricta clausura, en la actualidad las restricciones ya no son tan estrictas. A día de hoy las hermanas trabajan en la confección de trajes de torero del taller sevillano de la sastra Maestra Nati (Natividad García de Frutos), reciente ganadora de la Medalla de Oro al Merito en las Bellas Artes y única mujer que se dedica a este sector, y su hijo Enrique Vera. “Es un placer que se hayan puesto en contacto con nosotras. Este trabajo es muy delicado, lo hacemos todo a mano y nos gusta mucho, y además nos permite ganar un dinero con el que podemos mantener vivo este lugar y también ayudar a los demás”, indicó sor María Victoria. Por su parte, Natividad García aseguró estar “encantada” con el trabajo de las monjas. “Su dedicación, delicadeza y profesionalidad son maravillosas. Es un gusto trabajar con ellas”, apuntó.
La Botigueta del Convent, una demanda resuelta
Desde el año pasado la comunidad de monjas impulsó La Botigueta del Convent, un proyecto que nació con el objetivo de dar respuesta a la demanda de muchos visitantes del santuario del Sant Crist de Balaguer, de llevarse de recuerdo dulces elaborados por ellas. Da la casualidad que las clarisas no se dedicaban a la elaboración de estos productos, pero rápidamente se pusieron manos a la obra para llevar hasta allí galletas elaboradas por otras hermanas. Además, con el tiempo también empezaron a vender vino, miel, hidromiel, recuerdos franciscanos, libros encuadernados por Sor Victoria o rosarios y pulseras confeccionados por las otras hermanas.