DEMOGRAFÍA BALANCE
Suben las inmigraciones en Ponent, con 14.000 en 2019
Las comarcas leridanas han registrado más entradas de nuevos residentes que las salidas de aquellos que deciden un cambio de residencia fuera de la provincia, ya sea a otra comunidad autónoma o al extranjero.
Según los últimos datos publicados ayer por el Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat), el año pasado se contabilizaron 14.041 inmigraciones frente a las 7.961 emigraciones. Siguiendo la tendencia de los últimos años, la llegada de residentes extranjeros a la provincia duplicó la cifra de leridanos que trasladaron su residencia a otro país. De esta forma, a lo largo de 2019 las comarcas de Ponent recibieron un total de 10.265 residentes provenientes de países extranjeros, lo que supone un aumento de casi el 16% respecto al año anterior. La mayoría de residentes extranjeros procedían del continente africano y de América, así como del resto de países que integran la Unión Europea. En el lado opuesto, solo 4.312 leridanos se fueron al extranjero, un “éxodo” que tocó techo durante la crisis económica de 2008 y que empezó a frenarse en 2014. En cuanto a los movimientos internos, más de 3.600 residentes se mudaron a otras comunidades autónomas y un total de 8.493 fijaron su domicilio en otras comarcas, una cifra que se mantiene estable.
Por comarcas, el Alt Urgell es la única de la provincia en la que el año pasado el número de personas que dejaron el territorio fue mayor que el de los que se instalaron, registrando un saldo migratorio negativo de -32.
El Idescat destacó en su informe que Catalunya recibió el año pasado un total de 203.843 inmigrantes del extranjero en 2019, la cifra más alta de la historia y un 15% más que el 2018. El saldo migratorio total fue de 113.897 entradas limpias, cifra que representa un incremento del 18% en comparación a un año atrás. Este saldo es positivo respecto al extranjero (116.352), pero no en cuanto al resto del Estado (-2.455).
Bruselas propone un sistema ‘a la carta’ de acogida de refugiados
La Comisión Europea presentó ayer una propuesta para reformar la política de asilo y migración que aparca la idea de cuotas obligatorias para el reparto de la acogida de refugiados, pero plantea un sistema voluntario con varios niveles de solidaridad con los países con mayor presión migratoria y apuesta por reforzar la frontera exterior de la Unión Europea y agilizar las expulsiones de los migrantes que no logren estatus de refugiado. La Comisión contempla varios escenarios en los que la solidaridad europea debería ponerse en marcha de manera más o menos intensa, desde la reubicación de demandantes de asilo rescatados en alta mar, con acogida voluntaria de otros países y un “mecanismo de corrección” para asegurarse que se atienden todas las necesidades.