Los empresarios urgen a alargar ERTEs para salvar 6.200 empleos en la provincia de Lleida

El presidente de Pimec en Lleida, Jaume Saltó, advirtió ayer que es urgente prorrogar los ERTEs al menos hasta el 31 de diciembre, un plazo que deberá ser superior para algunos sectores o empresas especialmente afectados por la crisis económica. Es imprescindible, dijo, para poder evitar que “los ERTEs se conviertan en expedientes de regulación de empleo (ERE), en despidos” de las personas que hoy tienen suspendidos sus contratos de forma parcial o total. En el caso de Lleida estamos hablando de que aún están en ERTEs 6.258 trabajadores.

Saltó citó entre los sectores especialmente damnificados el turismo. Es cierto que el Pirineo ha visto incrementado el número de visitantes, en especial en agosto, pero citó por ejemplo que estos días los hoteles de Lleida debían estar completos gracias a la Fira de Sant Miquel, pero que no cuentan con reservas con un certamen que se está teniendo que celebrar de forma virtual. También alertó que al sector del comercio “le costará mucho recuperarse de esta crisis”, entre otra actividades.

Alrededor de 18.900 emprendedores han visto caer su facturación más de un 60 por ciento

Recordó asimismo que Pimec calculaba que la crisis podría llevar al cierre al 20% de las empresas y negocios, pero ahora considera que esa cifra se ha quedado corta y hoy el riesgo llega al 30%. En este punto, alertó que es especialmente peligroso el alargamiento de los plazos de pagos y el incremento de la morosidad, que puede ahogar a las pymes con débil capacidad financiera.

Entretanto, Gobierno, sindicatos y empresarios no lograron ayer tampoco un acuerdo para prorrogar ERTEs. Pese a los avances reconocidos por empresarios y sindicatos, fuentes patronales advirtieron que mientras no se dé cabida en los ERTEs a todas las empresas y trabajadores no habrá acuerdo. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, había anunciado antes de la reunión que se elevará el ‘contador a cero’ de 180 a 196 días y se aplicará durante todo 2021; se mantendrá la prestación de los trabajadores en ERTEs en el 70% de la base reguladora aunque transcurran seis meses (antes bajaba al 50% a los seis meses de percibo), y se introduciría una prestación para trabajadores fijos-discontinuos.

Unos 4.400 autónomos de Lleida mantienen sus negocios cerrados

La situación de muchos trabajadores autónomos es especialmente delicada y se calcula que unos 4.400 en la provincia de Lleida mantienen en estos momentos sus negocios cerrados porque no pueden afrontar la situación y carecen de demanda. Así lo explicó ayer el presidente de Associació d’Autònoms de la Província Lleida (AMALL), Pere Roqué, que precisamente ayer fue reelegido en la renonavión de la junta directiva de la organización, que forma parte de la estatal ATA. Además, del orden de unos 18.900 autónomos de las comarcas leridanas estiman que su facturación es en estos momentos un 60 por ciento inferior a la que registraban en estas fechas antes de la pandemia.

Explicó que son muchos los que han apostado por los créditos y avales del ICO para poder mantener a flote sus negocios, pero alertó de los peligros del endeudamiento. Entre los sectores más afectados citó los ya conocidos del comercio y la restauración. CRee que este último verá agravada su situación al limitarse a seis el número máximo de personas que se pueden reunir en Catalunya. Pero no solo ellos, también citó los problemas de otros sectores como los decoradores o los ebanistas, por poner algunos ejemplos. Así lo dijo tras pesentar al resto de la junta de AMALL, compuesta por Montserrat Cerqueda, Marta Montserrat, Francesc Grau, Ana Velasco Josep Esteve, vocals. Desde Pimec, Jaume Saltó también se refirió a los créditos ICO y aludió a un informe del Banco de España que cifraba en 220.000 millones de euros las necesidades financieras de las empresas españolas. Sin embargo, recordó que los préstamos y avales del Instituto de Crédito Oficial se han limitado a 100.000 millones. Todo ello en un contexto en el que el INE calcula que el PIB español ha caído un 17,8% en el segundo trimestre