MEMORIA HISTÓRICA DESAPARECIDOS
La lucha contra el olvido
La Generalitat tiene 143 muestras de ADN de leridanos que buscan a familiares desaparecidos en la guerra y la dictadura ||SEGRE habla con una arqueóloga que trabaja en la exhumación de fosas
Ni la inestabilidad política ni la pandemia del coronavirus han frenado los trabajos para intentar recuperar los restos de las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo que siguen enterradas en las fosas comunes. Para ello, la principal prioridad de la Generalitat es que los familiares donen su ADN para poder cotejar las muestras con los restos que los profesionales van encontrando en las fosas exhumadas. Hasta la fecha, el Programa de Identificación Genética de la Generalitat ya cuenta con un total de 143 muestras de familias leridanas. Son el 43% de las que han incluido a un ser querido en el censo de desaparecidos, con un total de 337 leridanos. En los últimos tres años, la conselleria de Justicia, en el marco del Plan de Fosas, ha exhumado una quincena en las comarcas leridanas. Un trabajo que se ha intensificado este año pese a la Covid y actualmente se trabaja en la exhumación de una fosa en Sorpe, en Alt Àneu, donde habría enterradas diez personas fusiladas por las tropas franquistas en abril de 1938.
Ares Vidal, arqueóloga y socio de Iltirta Arqueologia, que está excavando las fosas de la Guerra Civil en Catalunya, señala que los criterios para iniciar los trabajos van desde las peticiones de las familias hasta los emplazamientos más documentados. También actúan de urgencia cuando se hallan restos en la superficie, algo poco conocido y común en zonas donde hubo batallas más cruentas, como las del Segre y el Ebro. “El principal objetivo es poder sacar del anonimato a las personas desaparecidas y que las familias puedan recuperar sus restos. Es un trabajo intenso porque la tarea después de 80 años es complicada y debemos luchar también contra las políticas de olvido intencionado de la dictadura”, explica a SEGRE. Los profesionales llevan a cabo estudios históricos de los emplazamientos antes de excavar. “El 90% de las fosas están en zonas rurales y el paisaje ha cambiado mucho o no se conocía la historia completa de lo que pasó. Pero aunque no la encontremos, no negamos su existencia, seguimos investigando”, señala. Uno de los tesoros más preciados en la búsqueda son los testimonios en primera persona. “Cuando llegamos a un lugar, hay gente que nos explica lo que vivió, muchos de ellos es la primera vez que lo hacen, y esto nos emociona y nos impulsa a seguir”, afirma. De las fosas exhumadas en las comarcas leridanas, Vidal destaca la de El Soleràs, la más grande de Catalunya. “Es un caso muy significativo porque en un mismo lugar había enterrados soldados republicanos y franquistas y también civiles”, señala. Según Vidal, esta fosa ha ayudado a visibilizar el gran trabajo que se lleva a cabo en la lucha contra el olvido.
«La prioridad es poner nombre a los desaparecidos»
Gemma Domènech. Ddirectora Memòria Democràtica
¿Cuál es la prioridad en la recuperación de la memoria histórica?
La prioridad ahora mismo es recopilar ADN de familiares para cotejar los restos hallados en las fosas y poder poner nombre y apellidos a los desaparecidos. Es un proceso gratuito e indoloro y es fundamental para dignificar a las víctimas.
¿Ha afectado la Covid en la búsqueda de fosas?
No hemos dejado de trabajar a pesar de las circunstancias que podamos afrontar. La voluntad es seguir y abrir fosas es prioritario para la Generalitat. Necesitamos romper el silencio y el olvido por las personas que fueron asesinadas sin juicio.
¿Aún hay miedo de hablar de la guerra?
La represión fue tremenda y el trauma colectivo aún existe. Pero hay familias que cuando donan el ADN sienten que están más tranquilas, porque saben que alguien está buscando a sus seres queridos.
Catalunya cuenta con varias leyes de memoria...
Sí, ahora trabajamos para que el Parlament pueda aprobar la unificación de todas las leyes y también servirá para dignificar a colectivos como las mujeres, que sufrieron una gran represión o los exiliados. Que los jóvenes conozcan lo que pasó también es una prioridad para que no vuelva a pasar.