GUERRA CIVIL MEMORIA HISTÓRICA
Hallan a 8 fusilados en la fosa de Sorpe
Los arqueólogos la cerraron el viernes sin poder encontrar restos de dos de los 10 vecinos de Isavarre || Extraerán su ADN y lo cruzarán con los de sus descendientes para que sean identificados
Los arqueólogos cerraron el pasado viernes, tras cinco semanas de trabajos, la fosa común de Sorpe para buscar los restos de los diez vecinos de Isavarre y Borén que las tropas franquistas fusilaron y enterraron entre el 17 y el 18 de abril de 1938. Los técnicos han conseguido hallar los restos de un total de ocho personas desde su apertura el pasado 2 de septiembre.
Los trabajos, sin embargo, no han permitido encontrar ningún resto óseo de los otros dos individuos que se buscaban. Los arqueólogos consideran que podrían haber escapado y haber sido ejecutados en algún otro lugar. Otra hipótesis es que los familiares los desenterraran y les dieran sepultura en otro lugar. Algunos testigos hablaban de una undécima persona en la fosa: un soldado franquista que habría sido fusilado tras negarse a disparar contra los conocidos como ‘Els 10 d’Isavarre’. Los especialistas tampoco han encontrado ningún objeto ni indicio que haga pensar que, entre los cuerpos recuperados, hay un soldado rebelde. Entre los esqueletos, alguno de ellos incompleto, hay un cráneo con un disparo de bala, prendas y objetos cotidianos como monedas o mecheros.
Fueron enterrados en abril 1938 tras ser detenidos y ejecutados por el ejército franquista
Los restos recuperados están ya en la Universitat Autònoma de Barcelona, donde los genetistas extraerán su ADN. El coste de la extracción de cada individuo asciende a unos 1.000 euros. Posteriormente, el Programa de Identificación Genética del Govern cruzará los perfiles genéticos de los familiares con los de los restos óseos para ver si hay coincidencia. La recogida de muestras de los familiares se hizo el pasado 21 de septiembre en el CAP de Alt Àneu, por parte de genetistas del hospital Vall d’Hebron.
Los diez fallecidos en Prat del Fuster son Francesc Bringué, Francesc Móra, Ramon Sala, Joan Paulet, Francesc Capdevila, Jaume Sabaté, Albert Mateu, Josep Añel, Joan Font y Pere Sala y tenían entre 32 y 59 años cuando fueron ejecutados. La apertura de la fosa se hizo con la presencia de los familiares de los fallecidos en un acto que, según la consellera de Justicia, Ester Capella, “es un desagravio para los familiares y también para la recuperación de nuestra memoria, que fue silenciada”. La de Sorpe es la fosa número 31 que abre la Generalitat y en ellas se han recuperado hasta ahora restos de 316 personas. Ocho de ellas han podido ser identificadas gracias a las pruebas genéticas.