Vallverdú, enamorado de Lleida

Josep Vallverdú confesó ayer en la Seu Vella que “me conmueve pisar la catedral de Lleida” para recibir el título de Hijo Predilecto de la ciudad. Cerca de 150 personas ‘llenaron’ la nave central en un aforo reducido y con la preceptiva distancia social para tributar un largo aplauso de reconocimiento al escritor leridano tras recibir la insignia de manos del alcalde, Miquel Pueyo, acompañado también del presidente de la Diputación, Joan Talarn. Un título acordado por unanimidad por el pleno de la Paeria el pasado 31 de mayo, pero cuya entrega la pandemia obligó a retrasar casi nueve meses. Emocionado, Vallverdú destacó que “hijo predilecto quiere decir querido en gran preeminencia”, aunque con modestia añadió que “para merecerlo solo es necesario haber nacido en la población”. Por ello, reivindicó su ‘carnet’ leridano: “Nací en la calle del Carme, el año del Directorio de Primo de Rivera (1923); siempre me he preguntado si aquella dictadura fue por el nacimiento de un peligroso personaje”, dijo con ironía. El autor de Rovelló, perrito también presente en el acto (ver desglose), se definió como “un escritor comprometido, en activo muchos años con cerca de 200 títulos, con presencia civil siempre a punto y fiel al espíritu catalán y ponentí”. Por ello, el escritor despidió el acto deseando a los presentes “¡una larga vida de este enamorado de Lleida!”.

Minutos antes, Carme Vidal repasó la trayectoria vital y literaria de Vallverdú y también leyó en nombre de Josep-Lluís Carod-Rovira (que excusó su ausencia) una glosa que dedicó al “gigante de Ponent de la literatura catalana”. Por su parte, Talarn destacó “la dimensión cívica excepcional de un homenot de la letra impresa”, mientras que Pueyo remarcó que, “a sus 97 años, Vallverdú sigue escribiendo y manteniendo una vida de compromiso”.

El ábside de la Seu Vella se transforma en una masia, con Rovelló incluido El ábside de la Seu Vella se transformó por obra y gracia de un mapping visual en una masia catalana por donde campaba a sus anchas el perrito Rovelló, el personaje infantil más recordado de Vallverdú. El presbiterio de la antigua catedral se convirtió así en un escenario teatral, con olivos de Les Garrigues incluidos, en el que dos actores, Sandra Pujol y el niño Jan-Marc Salamanca, abrieron el acto literario mientras Rovelló corría y saltaba de forma virtual del altar al ábside, con música en directo a cargo de la arpista Berta Puigdemasa. Una introducción teatral para destacar la dimensión humana y literaria de Josep Vallverdú que se convirtió en el quinto leridano en recibir la distinción de Hijo Predilecto de la ciudad. Como recordó el alcalde, este título no se otorgaba desde 1927, cuando lo recibieron el pintor Jaume Morera y, en plena dictadura de Primo de Rivera, el entonces capitán general de Catalunya, Emilio Barrera. Unos años antes también habían sido distinguidos el pianista Ricard Viñes y el músico Enric Granados. Entre discursos, glosas y laudatio, Vallverdú confesó que “me da cierta vergüenza escuchar tantas florecitas”.