Adiós al Sant Crist más virtual

Balaguer puso ayer punto y final a las Festes del Sant Crist más atípicas hasta la fecha, fuertemente marcadas por las medidas de seguridad impuestas por las autoridades sanitarias en relación a la pandemia de la Covid-19, que despojaron a la fiesta de prácticamente todos los actos presenciales. Así, la última jornada festiva comenzó por la mañana con la tradicional eucaristía en el santuario del Sant Crist presidida por el obispo del Urgell Joan-Enric Vives a la que asistieron decenas de vecinos, aunque respetado la reducción de aforo al 30% que marcan las normas sanitarias. Asimismo, el canal oficial de YouTube de la parroquia retransmitió en directo la ceremonia para todos aquellos fieles que no pudieron acceder al santuario. Posteriormente, tuvo lugar una de las actividades más esperadas por parte de los más pequeños, el pasacalles infantil. La compañía barcelonesa Més Tumàcat recorrió diferentes barrios del municipio durante el mediodía con su espectáculo itinerante Festa Sobre Rodes especial Covid-19 que hizo las delicias de niños y niñas, que tuvieron que seguirlo desde sus balcones, ya que no estaba permitido seguirlos por la calle para evitar posibles aglomeraciones.

Ya por la tarde, en el Museu de la Noguera y en el marco de la exposición sobre el polifacético escritor y político nacido en Balaguer, Josep Carner Ribalta, que se abrió al público el pasado viernes, primer día de las fiestas, y que podrá visitarse hasta el próximo 28 de febrero, se presentó el libro de memorias El campanar abandonat, un volumen en el que Carner ahonda en su vida en Balaguer, algo que no suele tratar en otros libros autobiográficos y que está editado por Fonoll y La Mira y con el prólogo escrito por Josep Vallverdú. En este caso, el canal de YouTube del ayuntamiento emitió la presentación, que fue en formato de documental, y en la que se repasó la trayectoria de Carner a través del mismo escritor y otros testimonios utilizando como hilo conductor la propia exposición. El guión del documental es obra del Museu de la Noguera. Finalmente, un castillo de fuegos artificiales a cargo de Pirotècnia Tomàs desde la explanada de la iglesia de Santa Maria, uno de los puntos más elevados de la ciudad de Balaguer, puso punto final a unas fiestas del todo atípicas a causa de la pandemia. La ubicación del espectáculo pirotécnico permitió que los vecinos pudiesen disfrutar de él desde ventanas y balcones.