«Hubo días en los que tuve que luchar hasta para salir de la cama»

Ramón Sarri, de 60 años, es un usuario de Arrels Sant Ignasi que padece un trastorno mental y que lleva alrededor de dos años viviendo en uno de los pisos de apoyo de la entidad. “El confinamiento me rompió las rutinas, no podíamos hacer talleres y prácticamente no nos movíamos de casa (tenía permiso para pasear). Había días en los que me costaba hasta salir de la cama”, afirmó Sarri. Por si fuera poco, dos meses antes estuvo ingresado en el hospital y cuando volvió al piso coincidió con la implantación del primer estado de alarma. “No hubo proceso de adaptación”, indicó Sarri. Conforme avanzaba la desescalada, Sarri iba recuperando fuerzas. “Gracias a la gran profesionalidad de las personas que nos tratan y nos ayudan poco a poco fuimos viendo la luz al final del túnel. Además somos conscientes de hasta dónde podemos llegar y cuáles son nuestros límites. Hay que normalizar las restricciones”, indicó Sarri.