«Tuvimos que cambiar nuestra rutina de un día para otro»

Ester Nadal y Tonet Ramírez son una pareja que lleva cinco años demostrando que el síndrome de Down no es un impedimento para llevar una vida autónoma e independiente, incluso en tiempos de pandemia. Viven en un piso de su propiedad en el barrio Templers-Escorxador y explican que “cuando se decretó el estado de alarma nos pasamos meses sin salir a la calle, solo para tirar la basura. Nuestros padres nos hacían la compra y, aunque fue duro no poder reunirnos con familiares y amigos, tuvimos que adaptarnos a la situación y echar mano de las videollamadas. Como no podíamos ir a trabajar, tuvimos que crear una nueva rutina e incorporar todas las medidas de seguridad para evitar contagios: incluso desinfectábamos la compra y teníamos una toalla para desinfectar los zapatos al llegar a casa”. El apoyo de DownLleida también fue telemático. “Casi cada día organizaban talleres a través de Zoom y, para mantenernos en forma, también ofrecían sesiones de gimnasia”, explica esta pareja, quien asegura que “cuando por fin pudimos salir a pasear a la calle y volvimos al trabajo fue un alivio”. Según Àngela, del programa de vida independiente de DownLleida, “la actividad de la entidad se ha adaptado, poniendo el foco también en el apoyo psicológico”. La situación actual también impide las actividades presenciales de captación, por eso han puesto en marcha la campaña ‘Canvia la teva mirada’ a través de migranodearena. org.