La salud mental exige más recursos

¿Han aumentado las atenciones en el servicio de Salud Mental del hospital Santa Maria a causa de la pandemia?

Hasta la fecha, hemos atendido más de 600 personas y se han hecho 157 primeras visitas. Son personas que antes de la Covid no tenían ninguna patología de salud mental y esto se traduce un aumento del 10 por ciento.

Las entidades han doblado esfuerzos para atender a un millar de personas durante el confinamiento

¿Qué tipo de perfil y patologías son más frecuentes?

Sobre todo son mujeres, de entre 40 y 50 años, pero también estamos viendo gente más joven. Presentan cuadros de ansiedad, depresión, soledad y aislamiento causados por la situación actual de pandemia. También aparecen factores estresantes por la crisis económica y la pérdida de ingresos, así como atenciones por duelo de personas que han perdido a un familiar por el coronavirus.

¿Por qué la pandemia también está afectando a la salud mental de la población ?

La situación actual, de cambio constante e incertidumbre por lo que pasará, obliga a las personas a tener habilidades para adaptarse. Aquellas personas que no las tengan o que sean más frágiles, pueden desarrollar un trastorno que les impide continuar con su vida. Nos encontramos que, a causa del confinamiento, familias que ya arrastraban problemas de convivencia, estos se han visto agravados por el hecho de estar más tiempo juntos. Incluso, en algún caso, se podría dar casos graves de deterioro en las relaciones familiares, que se unen a otros factores estresantes como las dificultades económicas.

¿Han surgido fobias?

Sí, hay una parte de la población que tiene miedo a contagiarse, a salir a la calle o a contagiar a su familia. Podríamos enfrentarse a situaciones de estrés postraumático, ya que los efectos de esta crisis tardarán en aparecer, por lo que prevemos que siga aumentando la demanda de ayuda.

¿Qué tipo de secuelas podrían darse en la salud mental?

Un factor muy importante que se está perdiendo es la comunicación no verbal. Llevar mascarilla, no poder abrazarnos o besarnos, está cambiado nuestro forma de relacionarnos. Habrá que ver qué efectos tendrán estos cambios en nuestra salud mental a largo plazo.

Y a las personas con trastorno mental, ¿cómo les ha afectado?

Es un colectivo gravemente afectado, ya que se ha roto su rutina y esto incrementa su ansiedad.

¿Qué podemos hacer para afrontar la situación?

Se deben buscar alternativas a la comunicación para evitar el aislamiento. No se debe pensar en el futuro, sino vivir el presente y trabajar en unas medidas sanitarias que son necesarias para evitar contagios aunque sin olvidar el impacto que pueden tener en la salud mental de la ciudadanía.

Las entidades leridanas que trabajan en el ámbito de la salud mental reclaman más recursos y un cambio de modelo de atención comunitario para poder hacer frente a la alud de demandas de ayuda que han recibido ante las consecuencias que está teniendo la pandemia. El presidente de la Coordinadora d’Entitats de Salut Mental i Adiccions Terres de Lleida, Josep A. Lavin, alerta de que desde el pasado marzo las asociaciones han aumentado un 65% las atenciones respecto al año pasado, con cerca de un millar de personas que ya tenían un trastorno mental previo, así como otras 700 personas que requieren de ayuda por primera vez. En este último caso, se trata sobre todo de familiares de personas con un problema de salud mental que se han visto “desbordadas” por la situación actual, ya que la carga de atención ha recaído en las familias. Lavin señala que “se han visto colapsadas y esto provoca que acaben entrando en el sistema sanitario por angustia, depresión o ansiedad”.

Una vez más, la dedicación de los profesionales de las entidades y las familias ha sido “clave” en la gestión de la pandemia en el ámbito de la salud mental para intentar paliar los efectos de la actual crisis . Una situación que se prevé que se agrave en los próximos meses, por lo que las entidades, que ya han hecho un gran esfuerzo por adaptarse a la situación y mantener la atención de primera nivel, reclaman más recursos económicos y humanos. Al respecto, Lavin asegura que faltan especialistas de psicología y psiquiatría en el circuito sanitario público, sobre todo en zonas como el Pirineo, y que necesitan que se actualicen los recursos y las ayudas lleguen a tiempo. “Las entidades estamos afrontando una situación económica delicada, con más gastos y sobrecostes, y seguiremos estando al pie del cañón, pero necesitamos que haya alguien detrás que nos apoye”, afirma. Para la coordinadora, es de vital importancia que se ponga en marcha un modelo comunitario en la atención de la salud mental y que, desde la atención pública, se haga un esfuerzo por no aplazar visitas a personas con trastorno mental. “Le genera una angustia y frustración que agrava su bienestar”, alerta. Asimismo, insta a modernizar la cartera de servicios en salud mental que, señala, está anticuada. “Las personas merecen un acompañamiento digno”, destaca.

Lavin considera que la Covid-19 ha demostrado el carácter esencial de atender el bienestar emocional de las personas. Pero, añade, para ello se deben ofrecer más medios para acceder a la persona “antes de que esta llegue al límite”, ya que de esta manera se reducirán los ingresos hospitalarios. En este sentido, constata la preocupación del aumento de casos de niños con trastornos causados por la pandemia, con pesadillas y conductas regresivas asociadas a la situación de confinamiento y miedo al exterior. Hay escuelas que ya han solicitado ayuda en este sentido y se teme que estos trastornos puedan ir a más con el tiempo si no se actúa. Asimismo, las entidades consideran que es prioritario un trabajo conjunto con políticas de inclusión social y laboral. “La administración debe escuchar a las entidades para poder avanzar en la atención de salud mental”, reivindica Lavin.

‘Las personas deben ser el centro de las políticas” Las entidades de salud mental reclaman una apuesta global y firme que sitúe la salud mental y las personas en el centro de las políticas públicas. Asimismo, piden inversión y mejora de la cartera de servicios sociales y, en especial, de los Club Social, ocupación y acompañamiento en el hogar. Asimismo, piden un modelo de escuela inclusiva, avanzar en el modelo comunitario y dar más apoyo a la labor de las asociaciones.