Massoteres recupera su primera iglesia

Sant Simeó es una pequeña iglesia situada en el centro urbano de Massoteres, que hasta hace poco era casi invisible. Para acceder a ella se tenía que saltar una tapia y circular a ciegas por una alta y espesa vegetación que cubría el cementerio originario y llegar hasta las ruinosas paredes del templo. Según la historiadora medievalista de Sanaüja Maria Garganté, posiblemente su construcción fue contemporánea al mismo nacimiento del pueblo, documentado en el acta de consagración de la iglesia de Guissona en el año 1040. Se trata de una iglesia de muy pequeñas dimensiones pero que ha conservado los trazos originales del románico que le dieron luz. Un ábside decorado con arquería lombarda con una pequeña ventana en el centro, una única nave con un doble arco de medio punto y una de las gruesas paredes que cerraban el edificio. En su interior quedan también los restos de una losa de piedra que debía ser el altar.

Con una subvención de 24.000 euros del Plan de Dinamización Territorial de la Generalitat, el ayuntamiento ha llevado a cabo la mejora de este entorno y de su acceso, obra de la arquitecta Lourdes Verdés. El alcalde, Miquel Àngel Marina, explica que el entorno del monumento será un lugar idóneo para llevar a cabo conciertos y otras actividades culturales, y plantea en un futuro también la recuperación del interior del histórico templo.

En el siglo XI, Massoteres era un agregado de Talteüll, que conserva también una de las joyas del románico de la Segarra, la iglesia de Sant Pere, única por presentar la construcción de dos ábsides.