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ASTRONOMÍA OBSERVACIÓN

Un bólido sobrevuela el cielo de Lleida a 200.000 km/h

El bólido se desintegró a ochenta kilómetros de altura.

El bólido se desintegró a ochenta kilómetros de altura.OBSERVATORI CAL MACIAROL

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Una bola de fuego cruzó el domingo el cielo de Lleida a una velocidad de 200.000 kilómetros por hora. Según las cámaras del Observatori del Montsec y de otras estaciones de la Red de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos, esta masa incandescente sobrevoló Ponent pocos minutos después de las ocho de la tarde, antes de desintegrarse con un estallido a 80 kilómetros de altura. La información y las imágenes fueron aportadas  por "la Red de Detección de Bólidos y Meteoros de la Universidad de Málaga y de la Sociedad Malagueña de Astronomía" i pueden consultarse aquí.

El astrónomo Josep Maria Trigo, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Institut d’Estudis Espacials de Catalunya (IEEC), explicó que entre los meses de noviembre y diciembre es habitual una gran actividad de bolas de fuego, un fenómeno astronómico que se produce cuando una roca que se desprende de un asteroide entra en la atmósfera de la Tierra a velocidades comprendidas entre los 11 y los 73 kilómetros por segundo, lo que provoca un haz de luz igual o superior al del planeta Venus. En la península ibérica se detectan cada año una media de 500 de estos bólidos, aunque se estima que menos de una docena producen meteoritos que impactan contra la superficie.

Aunque el bólido del domingo procede de un asteroide desconocido, su avistamiento coincide con la temporada de las Gemínidas, que comenzó la semana pasada y que registrará su punto álgido la noche del 13 al 14 de diciembre. Esta lluvia de estrellas está causada por el asteroide Faetón, descubierto el 11 de octubre de 1983 por el satélite infrarrojo IRAS (Infrared Astronomical Satellite) de la NASA, y es uno de los fenómenos astronómicos más esperados del año. En una noche oscura, sin la luz de la Luna, los aficionados pueden llegar a observar 50 o más meteoros por hora. Sin embargo, las restricciones de movilidad y el toque de queda decretado por las autoridades sanitarias para evitar la propagación de la Covid-19 hará su observación más difícil este año, pues para disfrutar de esta lluvia de estrellas hay que escoger un lugar oscuro y alejado de las luces de las ciudades. No hay que mirar a una determinada dirección ni tampoco es necesario utilizar telescopios ni binóculos, tan solo ser pacientes.

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