La carga de las UCI y las restricciones suben la mortalidad de otras enfermedades
La carga adicional de las UCI con enfermos de covid-19 y las restricciones impuestas a la población para frenar la pandemia han provocado también un aumento del número de muertes por otras enfermedades, revela un nuevo estudio de la Academia de Salud de Austria (Austrian Health Academy), publicado esta semana, que indica que España se vio especialmente afectada por esta situación. La investigación compara la mortalidad semanal no debida a la covid en España, Alemania, Austria, Bélgica, Francia, Italia, Polonia, el Reino Unido y la República Checa.
"Queríamos ver si el confinamiento, o el miedo al contagio, tenían un efecto en la mortalidad general, y si la creciente ocupación de las unidades de cuidados intensivos (UCI) afecta negativamente a los tratamientos de otras enfermedades", explica a Efe Maria Hofmarcher-Holzacker, coautora del estudio.
La conclusión principal es que la mortalidad general ha subido en 2020 no sólo debido a los fallecimientos por covid, sino que también han aumentado las cifras de muertes por otras causas. Este fenómeno fue observado sobre todo durante la primera oleada de la pandemia, en coincidencia con una mayor carga de los hospitales y la imposición de confinamientos o restricciones severas para frenar la propagación del coronavirus.
"Hay una relación significativa entre el aumento de la carga de las UCI, una mayor mortalidad no vinculada a la covid, y medidas de contención más estrictas", asegura la economista especializada en sistemas de salud pública.
COMPLICADA OBTENCIÓN DE DATOS
Para evaluar la severidad de las medidas los científicos austríacos recurrieron a la base de datos de Oxford OxCGRT, que mide mediante un sistema de puntos la severidad de las diferentes políticas de contención de covid-19.
Hofmarcher-Holzacker resalta que también se tuvo en cuenta el papel que desempeñan las diversas estructuras de los sistemas sanitarios, pero admite que esta información es "un tanto incompleta", al tiempo que faltan datos sobre los diagnósticos de los fallecidos.
ESPAÑA, ESPECIALMENTE AFECTADA
Según el estudio, la mortalidad no relacionada con el coronavirus aumenta de media un 4,1 % cuando la ocupación de las UCI sube en un 10 % y se ponen en marcha severas medidas de contención para controlar la pandemia.
Esto significa en el caso de España unas 330 muertes adicionales por semana con respecto a la misma semana del año anterior.
Pero la situación epidemiológica y el nivel de saturación de las UCI no ha sido idéntica en las naciones comparadas: España, Italia o Francia, por ejemplo, vivieron en la primera oleada de la pandemia una situación más acuciante que Alemania o Austria, que no llegaron a saturar la capacidad máxima de sus UCI. Para Christopher Singhuber, otro de los autores de la investigación y también economista de salud pública, "es sorprendente que España haya tenido una tasa de mortalidad no debida a la enfermedad (covid) significativamente más alta que la de otros países observados". "Además, en la semana 14 (del año 2020), la de mayor mortalidad, más del 50 % del exceso de mortalidad no estaba relacionado con la covid-19", destaca en un breve comunicado enviado a Efe.
Esa semana, un total de 20.658 personas murieron en España, 12.462 más que el promedio del mismo periodo en los cuatro años anteriores (2016-2019).
Los fallecimientos no vinculados a la covid subieron hasta 14.604 en esos siete días, con lo que el exceso de mortalidad ajeno al coronavirus fue de 6.408 decesos.
el AHORRO en salud sale CARO
El estudio deja claro que la pandemia es también un riesgo para la salud de pacientes no contagiados que debe ser abordado. "Debemos ver para qué enfermedades ha subido la mortalidad, porque solo esa información sirve para diseñar nuevas estrategias política de salud pública", señala la experta.
Todo apunta a que el riesgo de mortalidad es más alto cuanto más baja es la capacidad de cuidados intensivos, y la experta resalta que el problema principal "no suele ser el equipamiento físico", es decir, las camas y los aparatos, sino la falta de personal especializado.
En este contexto, estima que no es simple casualidad que algunos de los países más afectados sean aquellos donde el gasto sanitaria más ha bajado en los últimos años, lo que demuestra que el ahorro en ese sector acaba siendo muy caro.