La sensación de soledad, otro efecto de la pandemia

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a pandemia desatada por la Covid-19 está provocando un efecto devastador sobre la sociedad. No solo por los evidentes problemas de salud que comporta para la mayoría de las personas que contraen la enfermedad, si no que las restricciones impuestas por las distintas autoridades sanitarias para evitar posibles contagios también están dejando secuelas entre las personas sanas. En la mente de todos están los meses de confinamiento domiciliario, un escenario que parecía inimaginable para la gran mayoría de la sociedad antes del mes de marzo. Un encierro que aisló entre cuatro paredes a familias enteras y también a personas que vivían completamente solas. Ya durante aquellos primeros coletazos de la crisis sanitaria comenzó a detectarse que esta situación iba a pasar una factura psicológica muy cara, sobre todo entre aquellos que no tenían con quién compartir confinamiento. Tanto es así, que más de la mitad de los catalanes, un 51%, se han sentido solos en algún momento desde que comenzara la pandemia, mientras que actualmente, un 53,2%, con unas medidas ligeramente más permisivas que hace diez meses, asegura que sigue sintiéndose aislado, según indica un estudio elaborado por la aplicación móvil y plataforma de barrio orientada a conectar personas de una misma zona, Nextdoor. Asimismo, un 47,52% de los encuestados revela que las distintas restricciones como los confinamientos municipales, comarcales o autonómicos, así como la limitación de personas que pueden reunirse, han incrementado su sentimiento de soledad. Por su parte, casi un 50% indica que el principal desencadenante de esa sensación ha sido el cierre de los bares y restaurantes. Pero el coronavirus todavía trae consigo más cambios que están generando una sensación de soledad entre la población. Es el caso de los teletrabajadores, de los que casi un 40% asegura sentirse más aislado. Un porcentaje que se dispara entre los trabajadores que se encuentran inmersos en un ERTE (63,6%), o entre los que están en paro (75,3%) y los estudiantes que no pueden ir a clase (64%). Sin embargo, si hay una época del año en la que la soledad puede ser especialmente dañina, es en Navidad. Unas fiestas que se caracterizan por las comidas, las reuniones familiares y los regresos a casa. En esta línea, un 55% de los encuestados por Nextdoor indicaron que tienen menos ganas de celebrar estas fiestas y cerca de un 44% teme quedarse solo por culpa de las limitaciones y restricciones.

Alrededor de seis de cada diez estudiantes que no pueden ir a clase se sienten más solos

El cierre de los bares y restaurantes ha aumentado la sensación de aislamiento entre la sociedad

Con el objetivo de combatir la soledad no deseada, Nextdoor ha puesto en marcha la campaña “Compta amb Mi”. Una iniciativa que pretende buscar nuevas sinergias en los barrios para que sus vecinos puedan detectar qué personas se sienten solas y ayudarles. A través de grupos y de un mapa de ayuda, los usuarios de esta aplicación pueden encontrar otros vecinos con los que compartir aficiones o también videollamadas. La plataforma también cuenta con consejos de expertos en soledad y con testimonios de usuarios que han pedido ayuda.