“Nadie ha pedido perdón ni se han asumido responsabilidades en la residencia de Tremp”

“La decepción e impotencia es mayúscula, y más cuando nadie nos ha pedido perdón ni se han asumido responsabilidades”. Así se expresa Raquel Llovet, familiar de una de 61 personas fallecidas como consecuencia del brote de coronavirus en la residencia de la Fundació Fiella de Tremp. Perdió a su abuela, Neus Bertran, de 86 años. Su testimonio se suma a los de otros familiares de víctimas de la Covid que cuestionan la gestión del brote.

Llovet asegura que, en 15 días, su abuela pasó de estar bien y animada a morir. “Demasiado rápido y casi de manera inexplicable”. El 27 de noviembre, recuerda, “recibimos un mensaje de Whatsapp comunicándonos que nuestra abuela había dado positivo, pero desconocíamos sí tenía síntomas”. Dos días después, el domingo 29, “nos llamaron para que fuéramos a visitarla porque había empeorado, requería de oxígeno y estaba débil”. Asegura que en los días siguientes no conseguían contactar con el centro.

“No teníamos información, no podíamos hablar con el médico, nadie nos atendía. Era horrible”, rememora. A la semana siguiente consiguieron entrar una vez al día para verla y “parecía que iba a mejor”. “El 10 de diciembre nos dijeron que estaba estable y recuperada de Covid, y que sería trasladada a la zona sin contagios. Pese a ello, al día siguiente nos pidieron permiso para administrarle morfina. Murió esa misma noche”. Para Raquel lo duro fue la incertidumbre de no saber de su abuela y pensar que algo se hizo mal desde el primer día.

“¿Por qué cuando conocen el primer contagio Salud no interviene el centro? ¿Por qué no se derivan a los negativos a un espacio seguro? ¿Por qué no se pide ayuda? Son demasiadas preguntas sin respuesta y está claro que no se hizo lo correcto”, dijo. “Es muy triste vivir esta situación cuando nuestra abuela se desvivió por nosotros y nos quería, siempre le estaremos agradecidos”.

Josep Tugues, hijo de uno de los fallecidos, diferencia entre la gestión de los responsables del geriátrico y la de Salud tras intervenirlo el 28 de noviembre. “Hasta la intervención no supe qué pasaba, la información era nula”, recalcó. Cuando el brote salió a la luz tras el primer contagio el 19 de noviembre, nadie le dijo que su padre estaba contagiado. Lo sospechó cuando la conselleria anunció que llevaría a los negativos a La Pobla y Guissona. “No sabía si lo trasladaban o estaba contagiado”, apuntó. Al día siguiente llamó a la residencia y le comunicaron que su progenitor era positivo. “A partir de entonces nos llamaron cada día”, dijo. Al empeorar su salud, él y su madre pudieron visitarlo, por separado y protegidos por EPIs. Falleció días después. “Excepto una monja, nadie contactó con nosotros. No pedíamos un mea culpa, solo unas palabras de consuelo, algo de humanidad”, lamentó. “¿Por que desde la residencia no pidieron ayuda si se vieron desbordados?”. Fiscalía investiga si hubo delitos de homicidio imprudente.

La comarca estudia decretar tres días de luto por los fallecidos

El consell del Jussà estudia decretar tres días de luto por todos los fallecidos por la Covid. En el pleno del pasado martes los alcaldes expresaron la necesidad de decretar algún día de luto y de redactar un manifiesto “por todo lo sucedido en la residencia Fiella de Tremp y en la comarca”, explicó el presidente del ente comarcal, Josep Maria Mullol. Explicó que el consell quiere consensuar con el ayuntamiento de Tremp y el resto de municipios los días, “algo que se decidirá la próxima semana”. Mullol explicó que el consistorio de Tremp también planteó esta posibilidad y “creemos que sería conveniente hacer un manifiesto conjunto a nivel de comarca”, dijo. Según Mullol, los alcaldes estuvieron de acuerdo e incluso manifestaron la necesidad de hacerlo “porque la situación vivida en el Pallars Jussà ha sido muy grave”, concluyó.