LITERATURA Y DERECHO
Adiós a Josep Maria Loperena
Imagen de archivo de Josep Maria Loperena.
El escritor y abogado leridano Josep Maria Loperena falleció la madrugada del jueves al viernes a los 82 años de edad, y la familia agradeció las muestras de cariño y condolencias recibidas, según informó ayer su bufete en un comunicado.
Loperena nació en Alguaire en el año 1938, y estudió Filosofía y Letras y Derecho en la Universitat de Barcelona (UB), y entre los años 60 y 70 del pasado siglo fue director de teatro, aunque a finales de los años 70 dejó la dirección teatral y se dedicó plenamente a la abogacía.
Colaboró en varios medios de comunicación y publicó libros de derecho y ensayos de teatro, y su obra más reciente ha sido la novela L’espia del violí.
En el año 2004, Loperena recibió el Premi Joaquim Amat-Piniella por la novela La casa del fanalet vermell, y escribió otras obras más como El circ de la justicia (2006), El circ de la política (2008) y El circ dels corruptes (2011).
Como abogado, Loperena fue presidente, durante cinco años, del Comité de Derechos Humanos del Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona (Icab), y protagonizó algunos procesos importantes de la transición española, como el atentado a la sala de fiestas Scala, La Torna, el asalto al cuartel de Berga, el contencioso de Lluís Llach contra Felipe González por incumplimiento de compromiso electoral, por la entrada de España en la OTAN, o contra el también ex presidente del Gobierno José María Aznar ante de la Corte Penal Internacional en 2004, por la guerra de Irak.
El novelista se querelló por plagio contra Pilar Rahola ? Su obra más reciente fue la novela El espía del violín (Ed. Efadós), que coincidió con El espía del Ritz (Ed. Columna) de Pilar Rahola, con quien compartían el personaje de Bernard Hilda. Loperena terminó interponiendo una querella por plagio. Rahola defendía que el protagonista de su novela se inspiraba en las informaciones publicadas sobre el personaje real. La obra de Loperena no llegó a ver la luz en un principio porque Columna, que tenía los derechos de ambas obras, acababa de entrar en Planeta, que decidió no editarla, pero sí lo hizo Efadós años más tarde.
