Lo Baratillo, listo para el museo

Artesa de Lleida prevé abrir durante el primer trimestre del año que viene su museo del juguete y Manel Gigó, coleccionista y propietario de más de 3.000 juguetes de la emblemática tienda Lo Baratillo Leridano, que cerró en 1978, ya ha restaurado alrededor de 500 para que puedan ser expuestos en este nuevo equipamiento. “Hace prácticamente un año comencé a revisar más de 200 cajas, algunas llevaban hasta 30 años sin abrirse, y desde hace seis o siete meses cada vez que tengo tiempo voy seleccionando y restaurando distintas piezas para que así estén en perfectas condiciones a la hora de exhibirse”, explicó Gigó. En este sentido, en su haber cuenta con juguetes que se remontan desde principios del siglo pasado hasta la década de los ochenta. “Los hay de todo tipo, de latón, de plástico y cartón, muñecas, coches, bicicletas, autómatas, animales, etcétera. Con todo el material que tengo podría llenarse el nuevo museo varias veces”, indicó divertido Gigó. Asimismo, el coleccionista también aseguró que la importancia de este museo no radica tanto en la tienda en sí, como en lo que representa para numerosas generaciones de leridanos. “Antes no había móviles ni ordenadores. Para muchos niños y niñas lo que despertaba pasear por la calle Major y encontrarse con ese local era mágico y esa es la esencia que me gustaría que se trasladase en la exposición”.

Por su parte el alcalde de Artesa de Lleida, Pere Puiggròs afirmó que la construcción del equipamiento está siguiendo los plazos previstos y que en cuestión de días comenzará a “cerrarse, se le colocarán las baldosas y se construirán los lavabos. Además, durante el año se llevará a cabo la instalación eléctrica y el decorado”. “Tenemos mucha ilusión en este proyecto y esperamos que, si la pandemia lo permite, a partir de 2022 sea un dinamizador del pueblo”, afirmó Puiggrós.

Un Rey Mago, rejuvenecido más de 8o años Una de las múltiples piezas que ha restaurado Manel Gigó en los últimos meses es la de un Rey Mago, Melchor, que durante los años 40 del siglo pasado presidía durante las fiestas navideñas la calle Major, para que los niños y niñas pudiesen depositar allí las cartas a Sus Majestades. “Yo todavía recuerdo ir paseando con mis padres hasta allí para poder entregar la carta, es una figura emblemática de la Navidad leridana para muchas generaciones. Ahora está completamente restaurada y preparada para que pueda volver a llevar a cabo su cometido”, aseguró Gigó.