Acompañar en el duelo

Una de las cosas que pone de relieve la pandemia desatada por la Covid-19 es la vulnerabilidad del ser humano. Este virus coloca sobre la mesa, cada día y a todas horas, un tema que para muchos es tabú: la muerte. Desde que comenzara la crisis sanitaria han fallecido, según las cifras oficiales, más de 55.000 personas en toda España. De ellos, más de 600 en Lleida. En todos los casos la historia que hay detrás es dramática. Familiares que no pueden despedirse, decesos fulminantes o personas que dejan este mundo completamente solas. Para los familiares, gestionar la pérdida de un ser querido en estas circunstancias es, en muchos casos, muy duro. “Los procesos de duelo derivados de una pérdida por Covid-19 no tienen por qué ser patológicos, pero es cierto que las restricciones han cambiado las reglas. Muchos no se pueden despedir, no existen velatorios ni ceremonias, no vienen familiares, etc. Todo eso, que ayudaba a empezar a asimilar la muerte, ya no existe. Por eso hay que hacer hincapié en estos aspectos para conseguir que se superen estos duelos de la mejor manera posible”, indica Montse Robles, enfermera del Arnau de Vilanova de Lleida y responsable asistencial del Servei al Dol de Ponent, entidad que está recuperando las terapias presenciales paulatinamente tras haber impulsado un grupo de sesiones 100% online.

“Lo más importante es que los que han perdido a alguien compartan sus sentimientos, sientan validado su dolor y se les respeten sus tiempos, y para eso estamos nosotros”, explica Robles. Suport al Dol atiende actualmente a 80 usuarios, alrededor de un 30% más de lo habitual, y tuvo unas 150 consultas en 2020 (40 más que en 2019).

¿Quién acompaña a los enfermos de Covid en la recta final de sus vidas? En Lleida, en el marco del Programa per a l’Atenció Integral a Persones amb Malalties Avançades de la Fundació ‘La Caixa’, el equipo de Atención Psicosocial DomusVi de Lleida ha atendido a lo largo de 2020 el proceso de final de vida de 538 pacientes y el duelo de 654 familiares del sociosanitario Jaume Nadal Meroles, los hospitales Santa Maria y de Tremp o en sus domicilios. Asimismo, también ha asistido a pacientes graves de coronavirus que no han fallecido, haciendo de puente entre ellos y sus seres queridos.

¿Cómo desempeñan su trabajo en tiempos de pandemia?

Hemos tenido que adaptarnos. El escenario es distinto. Ahora hay EPIS, medidas de seguridad y nuevos hábitos que hemos tenido que asumir.

Ustedes son el puente entre una persona sola en el proceso final de su vida y sus familiares.

Somos la caja de resonancia de la voz de las familias. Ellos depositan en nosotros esa responsabilidad y por eso intentamos reforzar la comunicación y la confianza entre todas las partes. Nuestro objetivo, a pesar de todo, es humanizar esta situación. La presión asistencial es alta y la intensidad emocional también, pero lo es más nuestra convicción.

Habitualmente conviven con la muerte. ¿Es todavía un tabú en nuestra sociedad?

Sería bueno que tras todo esto se consiguiese naturalizar la muerte. Forma parte de la vida. Es bueno que se trate y se hable de ella, no solo entre profesionales sino también entre adultos, mayores y niños.