El Vaticano prohíbe bendecir a parejas del mismo sexo

La Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) aclaró ayer que los sacerdotes no pueden bendecir las uniones entre parejas homosexuales, después de que en algunos ambientes eclesiásticos hayan surgido dudas sobre este tema. Con un Responsum ad dubium, es decir una respuesta a una duda, se posicionó negativamente a la pregunta que se hacían muchos sacerdotes: ¿la Iglesia dispone del poder para impartir la bendición a uniones de personas del mismo sexo?

El texto aclaratorio publicado ayer por el Vaticano apunta que “la bendición de las uniones homosexuales no puede ser considerada lícita”, del mismo modo que quedan fueran del paraguas de la Iglesia católica todas las “relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio”. La respuesta se debe a que en “algunos ambientes eclesiásticos se están difundiendo proyectos y propuestas de bendiciones para uniones de personas del mismo sexo” y que “estos proyectos están motivados por una sincera voluntad de acogida y de acompañamiento de las personas homosexuales, a las cuales se proponen caminos de crecimiento en la fe” pero que no pueden convertirse en bendiciones, indica la nota.

En este sentido, la Santa Sede subraya que “la declaración de ilicitud de las bendiciones de uniones entre personas del mismo sexo no es por tanto, y no quiere ser, una discriminación injusta, sino reclamar la verdad del rito litúrgico y de cuanto corresponde profundamente a la esencia de los sacramentales, tal y como la Iglesia los entiende”. Sin embargo, deja claro que esto no perjudica a la “consideración humana y cristiana que la Iglesia tiene de cada persona”, por lo que deja la puerta abierta a que “se impartan bendiciones a las personas individuales con inclinaciones homosexuales, que manifiesten la voluntad de vivir en fidelidad a los designios revelados por Dios”.

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También consideran ilícitas todas “las relaciones que impliquen praxis sexual fuera del matrimonio”

Se trata de la primera respuesta oficial por parte del Vaticano a unas palabras del papa Francisco publicadas recientemente en el documental Francesco, del director ruso Evgeny Afineevsky, que daban, o eso se creía, el beneplácito, que no la bendición, a las uniones civiles entre parejas del mismo sexo.