Un perro recorre 25 kilómetros para encontrarse con la mujer que lo salvó cuando lo habían abandonado
Gisela Obradó, una de las fundadoras de la protectora de animales ARDA: Asociación para el Rescate y la Defensa de los Animales de Blancafort (Conca de Barberà), explicó ayer a RAC1 un caso sorprendente. Hace una semana encontró a Teo, un perro sabueso, rondando cerca de su casa. “Era un perro que no teníamos localizado. No estaba nunca quieto en el mismo sitio y tampoco se dejaba coger, estaba muy asustado", explicó Gisela. "Seguramente lo habían maltratado y no confiaba en la gente".
Finalmente, Gisela pudo coger a Teo y se lo llevó hacia casa. No lo pudieron llevar|traer a la protectora, porque acababan de rescatar dos perras que no estaban esterilizadas y no los podían juntar.
Al cabo de una semana, desde la protectora encontraron a alguien que estaba dispuesto a adoptar a Teo: Óscar, vecino de Conesa, un pueblo a 25 kilómetros de Blancafort. Pero Gisela explica que la estancia duró poco: “Al cabo de dos días, Óscar abrió la puerta de casa cuando llegaba de trabajar y el perro salió disparado."
Al día siguiente, Teo apareció a casa de Gisela, en Blancafort. Había recorrido 25 kilómetros y cuando vio a Gisela corrió hacia ella "como un desesperado". A Gisela todavía le cuesta creer que Teo consiguiera llegar a Blancafort: “El perro no había hecho nunca este trayecto. Era imposible que pudiera llegar al pueblo, pero en menos de 24 horas se plantó en mi casa. Y eso que había estado sólo una semana”.
Gisela ya estaba convencida de que Teo había sufrido maltratos cuando lo vio por primera vez, pero después del viaje de 25 kilómetros todavía lo está más: “Si a mí, en una semana, ha sido capaz de encontrarme, y hacía un mes y medio que rondaba por el pueblo, señal que no le interesaba nada volver donde estaba antes. Imagínate qué le debieron hacer. Porque está claro que este perro sabe volver a casa”.
Gisela habría querido adoptar a Teo, pero también es consciente de que es al frente de una protectora "para dar oportunidades a muchos perros. ¿Si me quedo en Teo y después encuentro otro perro para|por el pueblo, qué hago”?, explica. Por eso han decidido dar una segunda oportunidad a Teo para vivir con Óscar, en Conesa. Gisela va a verlo una vez a la semana, con una de sus perritas, “para que no se piense que lo he abandonado”.