Los catalanes eligen casas rurales, playa y montaña para pasar Semana Santa

Las casas rurales, la playa, especialmente la Costa Brava, el Pirineo y las estaciones de esquí son algunos de los lugares preferidos por los catalanes para pasar las vacaciones de Semana Santa, ya que el cierre perimetral les obliga a quedarse en su comunidad.

Las previsiones en la Costa Brava son muy buenas, con la mayoría de plazas hoteleras abiertas ya vendidas, aunque el 50 % de los establecimientos estarán cerrados.

El gerente de la Asociación de Hostelería de la Costa Brava, Martí Sabrià, ha dicho a Efe que espera una plena ocupación la noche del próximo viernes y alta la del jueves y el domingo, en línea con la buena respuesta del pasado fin de semana, el primero en que se podía salir de la comarca desde hacía meses y que fue "una locura".

Sin embargo, muchos hoteles no abrirán porque entre el lunes de Pascua y el arranque del turismo internacional, que en el caso de los británicos será a mediados de mayo, no se sabe qué nivel de movilidad va a haber en Catalunya ni como evolucionará la covid, señala Sabrià.

Si la pandemia va en retroceso y se abre la frontera con Francia, Sabrià pronostica un "gran verano", porque ya el año pasado tuvieron una ocupación del 78 % en julio y agosto, con lo que el sector mostró que es un destino seguro para viajar y "las ganas de moverse de la gente son inmensas".

También cree que, si todo sigue así, los precios de los hoteles subirán durante la próxima temporada alta después de sufrir caídas de 2 o 3 puntos el año pasado.

Sabrià espera que por San Juan el 80 % de las reservas de verano estén vendidas, por lo que el 20 % restante, lógicamente, serán más caras.

Más incertidumbre tienen en la Costa Dorada, en Tarragona, donde solo abrirán entre un 15 y un 20 % de los hoteles, casi un 50 % de los apartamentos turísticos y un 80 % de los cámpings.

Los hoteleros de la zona esperan movimiento por Semana Santa, porque hay muchas segundas residencias, pero no pierden de vista que sus principales mercados, como son aragoneses, navarros, vascos, riojanos y madrileños, no pueden venir por el cierre perimetral de Catalunya.

Por su parte, los turistas que llegan de Barcelona y Lleida "son un mercado importante pero más pequeño", ha señalado el portavoz de la Federación Empresarial de Hostelería y Turismo de la provincia de Tarragona, Xavier Guardià.

Ha lamentado que no se permita abrir los restaurantes por la noche ni sentarse en una terraza por la tarde al lado del mar o que no se haya permitido abrir Port Aventura, lo que perjudica la llegada de turistas.

Las casas de turismo rural son otro de los destinos más reclamados en estas fechas, ya que suelen estar aisladas y en contacto con la naturaleza, algo muy demandado con la pandemia.

Según ha explicado a Efe Montse Coberó, de la Confederación del Turismo Rural y Agroturismo de Catalunya, Turalcat, la ocupación de este sector estará sobre el 80 %, teniendo en cuenta que algunas casas grandes no abrirán.

Las casas rurales suelen tener entre 2 y 15 plazas, pero con las actuales limitaciones solo las pueden utilizar una burbuja de convivencia, lo que no suele ser un grupo numeroso de personas, por lo que a algunas no les sale a cuenta abrir.

De cara a la Semana Santa ha habido más peticiones que alojamientos disponibles, con lo que hay quien se ha quedado sin poder disfrutar de este tipo de turismo.

El Pirineo será otro de los destinos estrella de las vacaciones y, según ha explicado a Efe el presidente de la Federación de Hostelería de Lleida, Josep Castellarnau, entre el jueves y el domingo la ocupación en la zona rondará entre el 85 y el 90 %, aunque habrá algunos establecimientos en los que se cuelgue el cartel de completo.

Las estaciones de esquí también prevén una buena afluencia de esquiadores. "Esperamos un lleno", afirma Joaquim Alsina, de la Asociación Catalana de Estaciones de Montaña (ACEM), ya que ha habido mucho interés en cómo estarían las pistas para Semana Santa, lo que les hace prever que cerrarán la temporada "con buen sabor de boca".

Estas buenas perspectivas no tienen nada que ver con lo que ocurrirá en Barcelona, tradicionalmente uno de los destinos más demandados para pasar las vacaciones de Pascua.

Según datos del Gremio de Hoteles de Barcelona, no se espera una gran variación respecto a las ocupaciones que los hoteles de la ciudad están teniendo hasta el momento y que se sitúan entre el 15 y el 20 %, debido a la gran repercusión que la crisis generada por la covid tiene en el turismo de la ciudad.