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El 30% de los barceloneses se marcharían a vivir fuera de la ciudad

Lo muestra la Encuesta de Servicios Municipales del 2020, que se tuvo que retrasar en otoño para no coincidir con el confinamiento

Vista de la ciudad de Barcelona durante un episodio de alta contaminación por partículas.

Vista de la ciudad de Barcelona durante un episodio de alta contaminación por partículas.

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El coronavirus ha hecho crecer el desencanto de vivir en Barcelona hasta el punto que aumenta hasta el 30% el número de ciudadanos que optaría por vivir fuera de la capital catalana si pudiera. Lo muestra la Encuesta de Servicios Municipales del 2020, que se tuvo que retrasar en otoño para no coincidir con el confinamiento.

La satisfacción de vivir en Barcelona, un indicador que suele ser estable, cae cuatro décimas y con un 7,3 registra la peor nota de la serie, desde 1995. A pesar del estallido de la pandemia, la inseguridad se mantiene como el principal problema para los barceloneses, seguido del acceso a la vivienda y la covid-19. Los ciudadanos aprueban la gestión municipal, a pesar de que la nota baja medio punto (5,7). El uso del transporte público cae 6 puntos.

La Encuesta de Servicios Municipales es la principal herramienta demoscópica del consistorio y desde 1985 recoge la opinión de los barceloneses sobre aspectos relevantes de la ciudad y del barrio, así como de la gestión municipal.

Se entrevistan presencialmente en el hogar más de 6.000 ciudadanos de más de 18 años. En la última edición, la encuesta está marcada por el contexto de la covid y por las crisis que ha generado. La encuesta se tuvo que hacer de forma excepcional en otoño, ya que se suele realizar en primavera y habría coincidido en pleno confinamiento.

La encuesta, presentada este lunes, revela una pérdida de atractivo de Barcelona ninguno sus residentes tradicionales cuando se pregunta sobre el lugar de residencia preferido. Tres de cada diez entrevistados se marcharían a vivir fuera de Barcelona si pudieran hacerlo. En el 2017, este porcentaje era del 15,5% y este año llega al máximo histórico.

Los responsables municipales atribuyen el aumento de la voluntad de marcharse de la ciudad a un cuestionamiento del modelo urbano en tiempo de confinamiento y de restricciones de movilidad. Según el consistorio, este desencanto afecta a todas las clases sociales y se extiende entre todas las edades, si bien es especialmente amplio entre la población adulta de entre los 35 y los 55 años.

El informe complementario en la encuesta 'Covid y tendencias urbanas', elaborado adhoc por la Oficina Municipal de Datos (OMD), apunta que estas dinámicas no son únicas de Barcelona, sino que otras ciudades españolas, europeas y de los Estados Unidos están registrando cambios en las decisiones residenciales.

El concejal de Presidencia del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Martí, ve una "paradoja" en el hecho de que el 30% de los barceloneses empiece a pensar en marcharse de la ciudad y que la satisfacción de vivir allí obtenga un notable, a pesar del descenso. "Da pie a pensar que la gente no quiere irse, sino a llevarse la ciudad bajo el brazo, a no renunciar a la vida urbana", ha reflexionado Martí, que ha apuntado que habrá que ver si se trata de una tendencia coyuntural por la covid-19 o bien acaba consolidándose.

Principales problemas

La inseguridad se mantiene como el principal problema de Barcelona con un 17,7% de las respuestas, seguimiento del acceso a la vivienda, con un 7,6%, y la irrupción de la covid-19, con un 7,5%. Se incrementa el número de ciudadanos que mencionan aspectos económicos como el paro, así como la limpieza. En cambio, disminuyen las respuestas asociadas a la circulación, el medio ambiente o las referencias al turismo como problema.

El aparcamiento vuelve a suspender

Los barceloneses dan buena nota en general a los 26 servicios municipales y sólo suspende, de nuevo, el aparcamiento, con un 4. Nueve servicios obtienen un notable. Los mejor valorados son los bomberos (8,2); las bibliotecas (7,7) y los mercados municipales y los centros cívicos (7,4). También los transportes públicos de la ciudad, excepto el Bicing, son valorados con un notable: 7,3 para el tranvía, 7,1 para el autobús y 7 para el metro. El Bicing tiene un 6,7. Otros servicios que obtienen un notable son la recogida de basura (7,1) y las actividades culturales (7). Muy cerca, con un 6,9, el alumbrado público y las fiestas populares. En total, doce servicios se sitúan entre el 6 y el 7, entre ellos la limpieza de calles y la Guardia Urbana, con un 6,1. La seguridad ciudadana en Barcelona y en el barrio aprueban con 5,2 y 5,8, respectivamente.

Crece el uso del coche

Las maneras de desplazarse han experimentado cambios, que el consistorio atribuye a la pandemia. Así, el uso del transporte público pasa del 69,4% al 63,3% y las bajadas más significativas, las registran el metro, con 6 puntos menos, del 37% al 31,3%, y el autobús, que pasa del 27,1% a 24,3%. El transporte privado crece y pasa de 21,6% a 24%. El aumento con respecto a hace diez años es de 3,6 puntos (20,2%). El coche es el medio que más crece y pasa en un año de 8,6% a 10,1%. Eso sí, también destaca el ir a pie a las principales actividades, de 8,7% a 12,2% (3,5 puntos más).

Cierto desgaste de la gestión municipal

La mayoría de los barceloneses, el 75%, aprueba la gestión del Ayuntamiento y, según una pregunta incluida por primera vez en esta edición, lo hace por su acción política. Con todo, la encuesta evidencia un cierto desgaste con respecto a la puntuación del año pasado, un 6,2, y el 6,5 obtenido en el 2018, nota máxima de la serie histórica. A pesar de todo, el consistorio barcelonés se mantiene como la institución mejor valorada, seguido de la Generalitat (5,3) y del gobierno español (4,5). El concejal de Presidencia ha explicado que ve "lógico" que la valoración de la gestión municipal haya bajado a causa del contexto pandémico. "Creo que la encuesta señala dos cosas; por una parte, que estamos viviendo una situación muy dura y difícil y, de la otra, que la respuesta del Ayuntamiento es positiva", ha sopesado.

Empeora la opinión sobre la evolución de la ciudad

Sólo un 22,4% de los barceloneses cree que la ciudad ha mejorado en el último año; un 14,3% considera que está igual y un 59,2%, que ha empeorado. Martí no se ha mostrado sorprendido ante estas respuestas a causa del contexto de la pandemia del coronavirus. Sobre el futuro, el 53,8% de los entrevistados cree que la ciudad mejorará. Son más optimistas sobre el futuro de Barcelona que del de Catalunya o España. A nivel de barrio, la percepción de la evolución del último año también es pesimista con un empate (33,3% y 33,2%) entre los que consideran que su barrio ha empeorado y los que opinan que ha mejorado, con diferencias según el territorio.

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