Adiós al activista de la paz

El economista y activista Arcadi Oliveres falleció ayer al mediodía a los 75 años tras un cáncer terminal. Lo anunció su familia en un mensaje en la página web ‘Paraules per a l’Arcadi’, que habilitó hace unas semanas para que la ciudadanía pudiera enviar mensajes al economista y activista.

La familia aseguró que “estamos enormemente agradecidos por las muestras de afecto que habéis hecho llegar a Arcadi durante las últimas semanas, con las que lo habéis hecho sentir querido y acompañado y nos ha ayudado a celebrar su vida”. Oliveres se ha caracterizado en su trayectoria por ser un activista en favor de la justicia, la paz y los derechos humanos en causas como la cancelación de la deuda externa, la transferencia del 0,7% y la promoción de la banca ética.

Nacido en Barcelona en 1945, se licenció y doctoró en Ciencias Económicas por la Universitat de Barcelona (UB), fue profesor de la Escuela de Estudios Empresariales de Sabadell, y en sus años como estudiante se implicó activamente en las asambleas clandestinas del Sindicato Democrático de Estudiantes, participando en la Caputxinada de 1966. Militó en la organización Cristians pel Socialisme, en la organización internacional católica Pax Christi y, desde 1981, en la asociación Justícia i Pau de Barcelona, que presidió, así como participó en la creación de la Associació Catalana de Solidaritat i Ajut al Refugiat (Acsar).

Presidió durante 13 años Justícia i Pau, apoyó el movimiento 15-M e impulsó Procés Constituent

Impulsó diversas campañas e iniciativas en defensa de los derechos humanos y la justicia social como la transferencia del 0,7% del PIB a pobreza y desarrollo; la objeción de conciencia y la insumisión; contra el ingreso de España en la OTAN; movilizaciones contra la guerra del Golfo e Irak; la cancelación de la deuda externa, y la promoción de la banca ética. Ha publicado numerosos escritos para la divulgación de estas causas y fue uno de los intelectuales que más se posicionó en defensa del movimiento de los ‘Indignados’ en 2011.

En abril de 2013, junto con la monja benedictina Teresa Forcades, promovió Procés Constituent, un movimiento que vinculaba la independencia de Catalunya con un cambio de modelo político, económico y social..

Ha recibido el Memorial Lluís Companys de la Fundació Josep Irla, el Premio Internacional Alfonso Carlos Comín, el Pere Casaldàliga del Festival de Cine Solidario de Navarcles, el Premio Internacional por la Paz del Institut Català Internacional per la Pau y la Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona, entre otros galardones. El activista publicó el pasado febrero su última obra, Arcadi Oliveres. Paraules d’Arcadi. Què he après del món i com podem actuar (Angle Editorial), un volumen en el que resume su pensamiento político en 17 grandes conceptos.

Hombre de profundas convicciones izquierdistas y católicas, Oliveres está considerado una persona “sabia y buena” por todos los que le conocieron. Ayer hubo infinidad de condolencias.

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, lamentó su muerte y destacó su “sabiduría, generosidad y ejemplo permanente”. El vicepresidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, le agradeció su “compromiso, maestría y optimismo”.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, aseguró que Oliveres “puso toda su inteligencia y bondad para hacer un mundo más justo. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, recordó sus “lecciones de vida”, por lo que prometió mantener firme el compromiso con la justicia social.

El arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, lo definió como un “cristiano ejemplar” y añadió que “nos ha dejado un cristiano comprometido que siempre trató de trabajar por el bien común”. El presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, lo describió como “un hombre bueno y justo, referente de referentes y de mil luchas compartidas”.

El director de Amnistía Internacional en España, Esteban Beltran, recordó que Oliveres acompañó las luchas contra la pena de muerte y el comercio de armas..

“Ha sido un maestro de militancia y un referente moral indiscutible” Arcadi Oliveres Boadella tiene parte de sus raíces en Lleida, concretamente por la rama leridana los Boadella Puigcercós, según explicó ayer a este periódico Jesús Jordi Garcia Boadella. “Domingo Boadella, que era del Alt Empordà, se trasladó al Alt Urgell.

En Fígols conoció a Matilde Puigcercós, tuvieron cinco hijos, todos varones y emigraron a Francia, Suiza y Alemania. Mi abuelo y el abuelo de Arcadi eran hermanos.

Su madre (Montserrat Boadella) y mi madre (Carmen Boadella) eran primas hermanas. Además, las dos eran hijas únicas y mi madre sintió siempre a Arcadi como un sobrino”, afirmó Garcia.

Oliveres estuvo en múltiples ocasiones en Lleida. Además, la Universitat de Lleida (UdL) le rendió un cálido homenaje en mayo de 2019.

“Para mí, es una novedad extraordinaria recibir este reconocimiento. Después de 36 años trabajando en el mundo universitario, es la primera vez que me hacen un homenaje en una universidad”, afirmó Oliveres.

El acto fue organizado por la unidad de Desarrollo y Cooperación, a iniciativa de un grupo de profesores de la UdL y en colaboración con la Coordinadora de ONG y otros movimientos solidarios. Además, destacó que “en esta universidad se hayan tomado tan seriamente los temas de cooperación”.

El profesor colaboró con la UdL y fue el encargado de inaugurar el curso académico en la facultad de Derecho, Economía y Turismo en el año 2016. También ofreció una charla multitudinaria en la plaza Ricard Viñes el año 2011 durante las protestas del movimiento del 15-M.

Con raíces en el Alt Urgell y homenajeado por la UdL Decenas de entidades sociales catalanas y del resto del Estado recordaron al activista.“Arcadi ha sido un auténtico maestro de militancia y un referente moral indiscutible”, destacaron desde Justícia i Pau, entidad que el activista presidió durante 13 años y de la que fue miembro activo desde 1981. La Taula del Tercer Sector Social agradeció a Oliveres “los años de valentía, compromiso y lucha compartida” en la defensa de los derechos de las personas en situación vulnerable.

“Arcadi ha sido un maestro, un referente y un buen amigo”, destacaron desde el Institut Català Internacional per la Pau, del que fue miembro de la primera junta de gobierno y del que recibió el Premio Constructores de Paz en 2017. Por su parte, la Universitat Internacional de la Pau, de la que era presidente, expresó su agradecimiento por la “maestría y coherencia” y elogió su serenidad y generosidad.