Auge del acoso escolar en las redes

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nternet se ha convertido para la sociedad en una ventana al mundo exterior más que nunca durante la pandemia. Una forma de mantener las relaciones con el entorno en un momento en que las restricciones instan a un menor contacto físico para evitar contagios por la Covid-19. Hasta aquí, es normal. Luego llega lo que pasa cuando no se tienen herramientas para hacer un buen uso de las nuevas tecnologías. También cómo defendernos de aquellos que las utilizan para hacer daño.

En el caso de niños y adolescentes, los expertos alertan que se ha incrementado un 50% las atenciones por acoso escolar de forma virtual, lo que se conoce como ciberbullying. Xavier Amat, psicólogo, e-terapeuta y coordinador de Òrum Center de Lleida, participó el viernes en jornada organizada por la ONG estadounidense Expediente Rojo Project, con la colaboración del FBI, centrada en la detención y abordaje psicológico de las diferentes formas de violencia virtual.

“Con la pandemia, hemos pasado del acoso escolar de forma presencial al virtual y este se ha incrementado los siete días de la semana y las 24 horas del día. Además, hay que añadirle el efecto anonimato, que puede dar la falsa sensación de que todo vale”, explica Amat a SEGRE.

De hecho, insiste en que el acosador ha buscado otras víctimas como las redes sociales, algo que, concreta, afecta tanto a menores como adultos, al estar más expuestos a las pantallas. .

En el caso de los niños y adolescentes, Amat señala que “deberíamos plantearnos si tienen la madurez suficiente para seguir las clases de forma online y no todos los profesionales tienen las herramientas necesarias para saber si realmente los alumnos siguen o no los contenidos”. Al respecto, señala que los psicólogos y logopedas están detectando falta de concentración y atención en los estudiantes.

Sin embargo, Amat quiere dejar claro que la violencia virtual, concretamente el acoso, puede afectar tanto a menores como adultos. En este último caso, lo más cotidiano y que nos puede pasar desapercibido es toda la información que compartidos a través de redes sociales como Instagram, Facebook o Twitter.

“Nos podemos encontrar con trolls que nos inundan de mensajes negativos las cuentas de las plataformas online. Esto también es un acoso y, aunque ya es un delito, debemos formarnos para saber cómo actuar y paliar los efectos psicológicos”, afirma.

En el caso de los adultos, Amat destaca que también se está dando una especie de acoso laboral por la falta de desconexión, debido al auge del teletrabajo. La prevención es la clave para evitar ser víctima, pero se debe actuar.

El psicólogo leridano señala que lo primero que hay que hacer es “plantar cara al troll, porque el acosador no parará por él mismo”. Amat destaca la importancia de pedir ayuda y aprender herramientas de protección en internet.

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La ciberdelincuencia ha encontrado su razón de ser con la pandemia, pero ya se había disparado mucho antes. En 2019, se conocieron más de 2.600 delitos a través de internet en la provincia de Lleida, más del doble que cuatro años antes. En el caso de los menores, las víctimas también se han duplicado.

¿Por qué nos gustan tanto las nuevas tecnologías?

Nos gustan tanto porque se genera el neurotranmisor “dopamina”, que es una recompensa variable. Sería similar a una máquina tragaperras: poner las monedas implica que te puede dar dinero o te lo quita. Esto nos ocurre cuando queremos recibir una respuesta positiva en las redes sociales, por eso buscamos los like. Y cuanta más dopamina, más sensación de felicidad. Al final ocurre que cuando no recibimos esas recompensas, nos conlleva sufrimiento.

¿Cómo se debe actuar contra el acoso a cualquier edad?

Lo primero que hay que hacer es que la víctima debe plantar cara al abusador, saber de quién se trata, guardar todas las pruebas posibles del acoso y no caer en provocaciones. Y, sobre todo, no sentirse culpable. En el caso de los menores, avisar a los padres y al centro para activar el protocoloo por ciberbullying. Muchas veces el acosador es del entorno más próximo. Puede ser un amigo del que nunca lo esperarías.

¿Y para prevenir?

Aconsejo el uso de los controles parentales, no compartir información personal y limitar el tiempo de uso de las nuevas tecnologías según la edad.

«Hay que plantar cara al abusador»